KANSAS PACIFIC (1953, Ray Nazarro)
Producida por esa interesante productora integrada dentro de la serie B ya casi tardía, como fue la Allied Artists, KANSAS PACIFIC (1953, Ray Nazarro) se ofrece como un producto casi ubicado fuera de época, seco, austero, elemental en sus propuestas y, al mismo tiempo, poco a poco relativamente atractivo en su resultado, sin que con ello pretendamos salirnos del ámbito de una ajustada discreción. Todo ello, al servicio de una hasta cierto punto entrañable crónica que describirá con un sentido de la cotidianeidad, el proceso de consolidación de las obras que permitieron la creación de la línea de ferrocarril que da título a la película. Una actuación centrada en el progreso de los Estados Unidos –que uniría Kansas con la Costa Oeste-, desarrollada antes de su guerra civil, y que se planteaba con idéntica hostilidad tanto por parte de los nordistas como los propios sudistas, recibiendo por ello constantes boicots al libre desarrollo de su ejecución. Esta será la génesis del título firmado por el prolífico pero poco recordado Nazarro (1902 – 1986), que desde el primer momento destaca por ese deliberado aspecto visual “antiguo” –al que probablemente el deterioro de su original haya proporcionado un atractivo suplementario-, y que nos narra la azarosa andadura de este proceso de ejecución, desde el momento en que se suma a las obras el capitán nordista John Nelson (un eficaz Sterling Hayden), ya que sus superiores nordistas entienden que la conclusión del proyecto sería vital para poder prepararse antes de la llegada de la ya inevitable contienda civil. Nelson llegará hasta el corazón de las obras sin hacer pública su condición militar, integrándose en el equipo que encabeza el veterano Cal Bruce (Barton MacLane), al que acompaña su fiel hija Barbara (Eve Miller), así como un viejo ayudante con quien siempre está pelándose dialécticamente Cal, pero al que le une una estrecha familiaridad. Desde el primer momento, el alcance emprendedor de Nelson provocará el recelo de Bruce y, de manera muy especial, de su hija, quien entenderá que lo que el recién llegado propone es suplantar a la mayor brevedad posible el puesto que su padre mantiene desde hace largo tiempo. En medio de esta hostilidad, pronto Nelson dará prueba de su honestidad, capacidad resolutiva y, sobre todo, apuesta por el trabajo en grupo, luchando por incorporar novedades técnicas que permitan un más rápido avance de la creación de las vías –esa grúa casera que se construye y permitirá una superior agilidad-. Poco a poco –y en este aspecto, la película mostrará una notable sutileza-, el grupo que rodea a Bruce, irá viendo en Nelson un seguro y sincero valedor para llevar a cabo un proyecto hasta el momento saboteado en numerosas ocasiones.
La película mostrará varias de ellas, para cuya incidencia un grupo de sudistas comandado por el elegante y siniestro Bill Quantrill (Reed Hadley), no cederán en su empeño de boicotear cualquier avance, contando para ello incluso con un servicio de espionaje de los movimientos de la obra, y llegando a incluso a lamentar pérdidas humanas en sus luchas, aunque en última instancia la contundencia y tenacidad puesta en marcha por parte del propio Nelson –después de sufrir durísimos ataques que llegarán a poner en tela de juicio la viabilidad del proyecto-, logrará combatir a ese colectivo de sudistas utilizando sus propias armas, y revirtiendo los planes que estos habían utilizado con anterioridad.
En realidad, poco cabe destacar en KANSAS PACIFIC, como al mismo tiempo poco hay que reprocharle. Su condición de relato que narra en voz baja un episodio de la vida civil norteamericana de mitad del siglo XIX, está planteado por el realizador con tanta cotidianeidad como ausencia de dramatismo. Es por ello que puede que la película peque en principio de cierta indolencia argumental. Pero cierto es que a partir de esa relajación –que en modo alguno cabe relacionar con planteamientos similares ofrecidos por cineastas de la talla de Ford o Hawks-, esta sencilla película encuentra su camino a partir de una mirada sencilla y cotidiana, mostrando un contexto de relaciones jamás forzadas pero expresadas con tanta naturalidad como convicción. A través de miradas cómplices, describiendo este proyecto como una lucha común, Nazarro sabe combinar el aspecto de combate que suponen la respuesta a los constantes ataques sudistas, con un retrato coral y distendido, que de alguna manera nos permite enmarcar –siquiera sea con atrevimiento- el título que nos ocupa, como una hipotética mezcla entre THE GENERAL (El maquinista de la general, 1926. Buster Keaton & Donald Crisp) y THE IRON HORSE (El caballo de hierro, 1924. John Ford). Puede parecer una comparación exagerada, máxime cuando nos encontramos con un título discreto y sin mayores pretensiones, pero que se va contemplando con creciente agrado, hasta llegar a esa conclusión que muestra un atisbo de esperanza en la sincera admiración que para nuestro protagonista supone la joven Barbara, a quien emplaza esperanzado a que le espere tras su cometido militar.
En definitiva, KANSAS PACIFIC ofrece el sabor de ese agradable western de serie B, que se prodigó en aquellos primeros años cincuenta como complementos de programas dobles. Sin duda, un título tan discreto como entrañable, que se contempla con la misma placidez con la que muy poco después queda sumida en el olvido.
Calificación: 2
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