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CINEMA DE PERRA GORDA

THE COLD LIGHT OF DAY (2010, Mabrouk El Mechri) La fría luz del día

THE COLD LIGHT OF DAY (2010, Mabrouk El Mechri) La fría luz del día

Recuerdo cuando se gestó el proceso de rodaje de THE COLD LIGHT OF DAY (La fría luz del día, 2010. Mabrouk El Mechri), con la subrayada presencia de Bruce Willis en la costa alicantina para rodar algunas secuencias del film. Me resultó chocante aquella circunstancia y el secretismo de Willis a la hora de aparecer ante la prensa –solo lo hizo en una foto oficial-, mientras se ignoraba la presencia protagónica del joven actor inglés Henry Cavill, ya entonces conocido por su presencia en la serie “Los Tudor”. O que nadie podía imaginar, es que muy pocos años después, Cavill se encarrilara el camino de la fama, al encarnar a Superman en la nueva versión que se estrenará este año, siendo dirigido por Zack Snyder. Sin embargo, es curioso constatar como hasta la fecha su filmografía no ha sido en absoluto estimulante –con la excepción de su participación en el film de Woody Allen WHATEVER WORKS (Si la cosa funciona, 2009)-, y preciso es reconocer que esta película, en la que su protagonismo es casi absoluto, no es precisamente una excepción. Como alicantino que soy, puede resultarme atractivo contemplar tomas rodadas en las costas de mi provincia –las secuencias iniciales-, pero ello no es más que un elemento curioso que en absoluto invalida mi consideración de un título desprovisto en absoluto de interés. En realidad, THE COLD LIGHT… no es más que otras de esas TV movies realizadas en territorio español, caracterizadas por un nulo estudio de personajes, la carencia de puesta en escena disimulada bajo una planificación en la que la cámara no deja de trazar planos “decorativos”, y en la que, por supuesto, nos encontramos con gran cantidad de planos generales -de tipo turístico- de las ciudades en donde se desarrolla la acción. Se me podrá oponer que eso mismo sucedía en la propia serie de James Bond o el más cercano Jason Bourne, pero nunca esa apariencia “turística” resulta tan ridícula como en este tipo de films.

¿Y qué nos cuenta la propuesta del francés El Mechri? El reencuentro de Will (Cavill) –sus planos iniciales de espalda a la llegada al aeropuerto español resulta de lo poco interesante del film- con su padre –Martin (Willis)-, sobre el que no mantiene una relación muy cordial. Este en teoría vive como asesor de arte, de forma acomodada con su mujer y su otro hijo, incorporándose Will a unos días de vacaciones, aunque no por ello abandone el contacto con su pequeña empresa creada en Norteamérica –sus constantes llamadas por teléfono móvil delatarán dicha circunstancia-. Dentro de esa extraña relación familiar, la concurrencia de un fortuito accidente en el barco llevarán a nuestro joven protagonista hasta la costa, comprobando a su regreso que sus familiares han sido secuestrados. A partir de ese momento, la película de antemano desaprovechará la oportunidad de plasmar el desamparo del extranjero, planteando en su lugar una rocambolesca historia en la que Cavill se verá superado al contemplar como su padre en realidad era un agente de la C. I. A. calificado como traidor, que tenía como contacto en España a la extraña Carrack (Sigorney Weaver). Nuestro muchacho contemplará el asesinato de su padre, precisamente tras un encuentro con esta escuchar la confesión de su verdadero cometido profesional. Una implicación peligrosa que le ha costado el secuestro del resto de su familia, ya que un grupo de desconocidos desean recuperar un maletín que Martin entregara para la agencia secreta norteamericana, y del cual jamás sabremos que contiene. Una vez vivido en primer plano el asesinato de su padre, Will tendrá que asumir una constante huída de la persecución del personal de Carrack, de los agentes españoles –que lo acusan de la muerte de un policía que ejecutó en defensa propia-, y al mismo tiempo teniendo apenas unas veinte horas para recuperar ese maletín, que le permitiría recuperar a su familia secuestrada.

Historias más enrevesadas que esta se han contemplado en la pantalla, e incluso thrillers situados en nuestro país han proliferado en los últimos años –desde algunos protagonizados por Tom Cruise, hasta VANTAGE POINT (En el punto de mira, 2008. Pete Travis), rodada parcialmente en Salamanca. Sin embargo, hay un enorme decalage entre lo que se puede intuir previamente en THE COLD DAY… y lo que finalmente se contempla. En primer lugar, la presencia de Willis en el metraje apenas alcanza los veinte minutos de duración, la de la Weaver –siempre una intérprete merecedora de mejor suerte de la que ha corrido su carrera, aunque su reciente rol en RED LIGHTS (Luces rojas, 2012. Rodrigo Cortés) le haya permitido aflorar de nuevo sus cualidades, aparece por completo desdibujada, mientras que el joven Cavill alterna carisma y estoicismo, pero en definitiva lo estereotipado de su personaje no le permite emerger de la mediocridad que subyace en una historia que poco a poco se va hundiendo en una fosa de estruendosas proporciones.

Ni siquiera la presencia de Verónica Echegui, encarnando a Lucia, una inesperada hermana de padre –este tuvo una amante oculta-, proporcionará a la película el más mínimo asidero, rodada en lugares más o menos conocidos de Madrid –la Puerta del Sol- y, por el contrario, transmitiendo una increíble descripción de lugares sórdidos, más propios de un país del este o árabe, que de una ciudad como la capital española. En dichos ámbitos, nuestro protagonista trabará contacto con el grupo israelí que se responsabiliza del secuestro de su familia, impeliéndole a que se sirva como cebo de Carrack y sus gentes y, de esta forma recupera ese maletín que servirá como casi ridículo mcgufin. Poco más ofrece el film del francés El Melchri; una sucesión de persecuciones que Will acometerá casi apareciendo como un ensayo de su Superman, una constante presencia de planos generales que muestran tanto Madrid como los pintorescos lugares visitados por este, o la descripción de algunos establecimientos de dudosa reputación en los que Will se introducirá. Todo ello dentro de un marasmo en el que nada aparecerá con un mínimo grado de interés. Sinceramente, no esperaba gran cosa de esta película, pero cualquier expectativa negativa previa, se ha visto superada con creces ante uno de los peores títulos que he contemplado en varios meses, y que espero pronto sea olvidado en la andadura de un joven intérprete del que espero consolide su –a mi juicio- merecido estatus.

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