ENDLESS LOVE (1981, Franco Zeffirelli) Amor sin fín
En el mundo de la cinefilia existen una serie de “mandamientos” sin cuya aceptación parece que el buen gusto de cada aficionado parece ponerse en entredicho ¡Cualquiera se puede poner –como es mi caso- a decir que LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ (Gone With the Wind, 1939. Victor Fleming) o WEST SIDE STORY (1961. Robert Wise y Jerome Robbins) son el paradigma de la cursilería! O incluso afirmar que CASABLANCA (1943. Michael Curtiz) no llega ni de lejos a parecerme esa gran película que tantos y tantos proclaman. Del mismo modo y en su vertiente inversa hay realizadores y films que parece lleven escrita tras sus espaldas la maldición del aficionado. Uno de esos ejemplos es Franco Zeffirelli –de quien en cualquier caso en los últimos años se está reconsiderando la evolución de su filmografía-. Pero es evidente que incluso dentro de aquellos comentaristas que valoran parcialmente la obra cinematográfica del italiano, detestan uno de los títulos que realizó en el periodo de su obra generalmente más despreciado. Me estoy refiriendo a ENDLESS LOVE (1981) –en España traducida como AMOR SIN FIN- y que en el momento de su estreno cosechó un enorme vapuleo a todos los niveles, hasta erigirse quizá como una de las películas de las que prácticamente nadie pudo defender –creo que en España solo se atrevió a ello Mr. Belvedere / Jaime Figueras en la revista Fotogramas-.
Con esas premisas y el regusto de la lejana visión de algunas de sus secuencias, en las que su cursilería era su premisa más destacada, me atreví finalmente a contemplarla por entero sin esperanza alguna de encontrar algún elemento de interés. Sin embargo, y sin dejar de reconocer el inequívoco alcance comercial de la película –fundamentalmente centrado en la figura de Brooke Shields- y reafirmando esa tendencia a la afectación innata en la película, quizá sea por la degradación del lenguaje del cine comercial de los últimos tiempos, o que quizá no supimos ver en este ENDLESS LOVE cualidad alguna, pero lo cierto es que un cuarto de siglo después de su realización, la cinta de Zeffirelli no solo aguante bien el paso del tiempo, sino que deja bien a las claras los principales objetivos que se marca en su argumento –que parte de la novela de Scott Spencer-. A saber; el peligro que encierra la obsesión por la continuidad de un amor. Y es a partir de esa línea de base sobre la que girará todo el devenir que la película, que se inicia con los dos protagonistas –Jade (Brooke Shields) y David (Martin Hewitt)- confesando entre ellos y ante la proyección de un documental sobre la inmensidad del espacio y la multiplicidad de las estrellas, que ante la muerte de uno de los dos, el otro moriría también. Ese elemento simbólico de estrellas y planetas que evocan la hondura del amor de ambos se reiterará a lo largo de diversos momentos de la película. Y sus protagonistas son dos muchachos jóvenes, de costumbres abiertas, educados y bellos en la más amplia acepción del término. Pese a contar ella 15 años y él 17, la mutua atracción que sienten es manifiesta y admitida por parte de la familia de Jade –la de David, de extracción social más elevada, se despreocupa de los sentimientos de su hijo, por más que su padre en algún momento vea reflejado en ellos ese cariño que presumiblemente nunca tuvo-.
Esta profunda relación amorosa les llevará una noche y tras una fiesta a hacer el amor por vez primera, acción que es contemplada amorosamente por la madre de Jade –Ann (Shirley Knight)- que de algún modo siempre ha manifestado un especial cariño y atracción por David. Pero pronto esa facilidad para desarrollar su relación se trastocará en problemática cuando la joven vaya evidenciando problemas de sueño y obligue a sus padres a separarla de su novio. Una situación que se prolonga durante unas semanas y que torpemente querrá remediar David atendiendo al consejo de un joven estudiante –encarnado por un jovencísimo Tom Cruise-. Es por ese comentario por lo que encenderá un bloque de periódicos en el exterior de la casa de la familia de Jade, provocarando un incendio involuntario. Será el inicio de la separación de ambos y el internamiento del joven en una residencia psiquiátrica. A partir de ahí todo confluirá en situaciones dramáticas en las que el dedo del destino llevará a la definitiva separación de los dos amantes tras un último acceso de felicidad.
Como se puede deducir fácilmente, ENDLESS LOVE es un melodrama con todas las de la ley, en el que numerosos clichés están administrados con una dosificación clásica, quizá incómoda para el periodo en el que fue realizada. Pero contra todos aquellos que masacraron sin piedad la película –considerada por algunos de entre las peores de todos los tiempos-, cabría resaltar la intensidad de su dirección de actores –y que incluye por supuesto la labor de los dos protagonistas, a los que casi se logra hacer plasmar físicamente en la fuerza y pureza de su amor-.
Junto a ello, creo que el film de Zeffirelli tiene el curioso mérito de introducir en el cine de las últimas décadas, una temática posteriormente tratada considerablemente –y creo que pocas veces mejor que en esta película- como es la pasión obsesiva que puede derivar de una relación amorosa. En este caso con sutileza, sin incidir en elementos cercanos al thriller ni efectistas, es evidente que el personaje de David sufre de un trastorno psíquico que no dejará de manifestar pese al discurrir del tiempo. Del mismo modo, narrativamente se apuesta por una puesta en escena que intensifica la fuerza emocional de las secuencias en las que el efluvio amoroso de los dos amantes se manifiesta en todo su esplendor, y tiene aplicada en una subtrama la extraña relación que se establece entre la madre de Jade y el propio Dave, a quien en un momento determinado confesará que siempre había deseado secretamente.
No es demasiado, pero tal y como lo expone Zeffirelli da como resultado un film todo lo almibarado que se quiera en algunos momentos, pero al que una visión más desprejuiciada, sin lugar a duda haría que más de uno –como he sido yo mismo- se llevara una pequeña sorpresa.
Calificación: 2
51 comentarios
Jhordan -
Sylvia -
aurf -
Alfredo -
Yo quise a una mujer igual que ellos se quisieron. Y nunca la voy a olvidar, a pesar de estar casado y 4 hijos, es la mujer que mas ame. pero circunstancias particulares (yo era el otro), hicieron que nos separemos. Ella tambien me amaba. Esta pelicula me hace recordar la intensidad del amor que yo sentia. Al igual que el protagonista quema la casa, y luego lo encarcelan, a mi me persiguieron a balazos. Hace poco la vi, y senti lo mismo que hace 20 años. Pero primero es el respeto. No se porque escribo estas cosas, pero en fin, solo queria decir que la peli fue la mejor que yo vi.
jorge -
arantxa -
ROCKERO50 -
Fátima -
ALEXIS -
Mayelin Salvador -
Pilinic -
MILIXCI -
gina -
Monalisa -
Joaquín García Cabrera -
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IDALI O. GARCIA RAMOS -
Juan Martin -
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Juan Martín -
Anónimo -
Mariela -
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roberto -
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Mauricio -
MRFlores -
mitchel fabian puga rojas -
Luis Alberto Sánchez -
MITCHEL -
QUISIERA SABER COMO O DONDE LA PUEDO COMPRAR VIVO EN CHILE
IGNACIO VIVAR CABRERA -
Quisiera saber si hay alguien que me pueda vender la pelicula en DVD...o me den algun Tip para conseguirla.
Saludos a todos....
Martin -
Pasaron muchos años,unos 20 años desde que la ví allá por 87 u 88, no la podía conseguir por ningún lado, finalmente la conseguí y cuando la volví a ver a pesar de recordar las mejores escenas me trasladó a esa hermosa edad. Ojalá todos los adolescentes sientan alguna vez ese amor que parece eterno (y en algunos casos lo és), ojalá mis propios hijos puedan vivir eso porque sencillamente son cosas hermosas que tiene la vida, y a esa edad lo más hermoso es una historia de amor (obviamente sin el drama que acompaña a la pelí).
iza -
romy -
lac -
ariadna -
BIANCA -
JULIO MARTINEZ -
Luis Alberto Sánchez -
franfu -
y ese kiero ke sea el final ... ke el amor triunfe ...
eduardo castillo -
Alexis -
LOS MUCHACHOS MAN BELLOS NI PINTANDOLOS Y LA MUSICA NI HABLAR.
TENGO ESTA PELICULA ORIGINAL EN MI PODER QUE COMO DICE EL DICHO, SIEMPRE QUE LA VEO ME TRASLADO AQUELLOS MOMENTOS DE MI INFANCIA.
Anónimo -
Luli -
JAMES RIVERA -
joakin -
juan manuel perez espinosa -