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CINEMA DE PERRA GORDA

THE RAGE OF PARIS (1938, Henry Koster) La sensación de París

THE RAGE OF PARIS (1938, Henry Koster) La sensación de París

Hace pocos días comentaba a raíz del visionado de la simpática PROFESSIONAL SWEETEHEART (1934, William A. Seiter) la necesidad de un estudio lo suficientemente amplio como para catalogar la producción que dentro de la comedia se abordó en el periodo caracterizado por el término screewall comedy. Una propuesta que quizá aún nos depararía más de una sorpresa. Y he aquí como si del destino se tratara, cuando muy poco tiempo después y contra todo pronóstico he podido contemplar un título que en sí mismo es una estupenda muestra de aquella inolvidable corriente, que está a la altura si no de los ejemplos más venerados que todos conocemos, pero sí que se puede situar en un más que notable nivel, máxime cuando el mismo no tiene el apoyo de un realizador conocido o prestigioso, si no que simplemente se sostiene por su propia eficacia.

Me estoy refiriendo a THE RAGE OF PARIS (1938, Henry Koster) –en España LA SENSACIÓN DE PARÍS-. Y sorprende en primer lugar por venir amparada por un estudio (Universal) que no se prodigó en exceso en su apuesta por la comedia –aquellos años se definían fundamentalmente en su inclinación hacia el cine fantástico-. Pero sobre todo sorprende por venir firmada por un realizador que con el paso del tiempo se caracterizó –sobre todo en su periodo dentro de la Fox- por firmar dramas y folletones históricos de la forma más plúmbea y aburrida posible. Se trata del alemán Henry Koster del que cierto es que recuerdo con cierto agrado una simpática comedia fantástica de ambiente irlandés protagonizada por Tyrone Power llamada THE LUCK OF THE IRISH (1948). En todo caso cierto es que la película que aquí se comenta me parece de lejos la mejor de cuantas suyas he podido contemplar, y en la que justo es reconocer cohabitan bastantes aburridas mediocridades; esa es la capacidad de sorpresa que en ocasiones ofrece el cine norteamericano clásico, permitiendo que a partir del conjunto de unos ingredientes en líneas generales alejados de lo más característico del género –y me refiero con ello al equipo humano, poco habitual en esta vertiente del cine de Hollywood- pudiera dar como fruto un conjunto tan significativo.

THE RAGE OF PARÍS narra la historia de Nicole de Cortillon, una joven trabajadora venida de Paría a Estados Unidos que no ha tenido la fortuna de lograr un trabajo. Se ofrece como modelo en una agencia de contratación y por un equívoco terminará en el despacho del apuesto Jim Trevor (Douglas Fairkbanks Jr.). Ante su notoria carencia de medios –debe incluso el dinero del alquiler de su habitación-, se verá envuelta en la idea de su amiga Gloria (Helen Broderick), que le propone simular ser una acaudalada dama de París mediante la ayuda de su amigo, el alocado camarero Mike (Mischa Auer) y lograr un buen partido para casarse. Muy pronto Nicole logrará captar el interés del joven y acaudalado Bill Duncan (Louis Hayward), aspecto que de forma casual descubrirá Trevor –que también casualmente es amigo de Duncan- pretendiendo este descubrir la mentira que Nicole ha creado en torno a sus orígenes e identidad. A partir de estos elementos se sucederán divertidas situaciones que de alguna manera incidirán en el aparente antagonismo de Jim y Nicole, pero que finalmente confluirá –como está mandando en los cánones del género- en la unión de los dos polos de atracción de esta película.

En apenas 78 minutos de duración, uno de los principales rasgos de la película de Koster reside en su ritmo vertiginoso. Llevada a cabo con verdadera inspiración, esta nueva demostración de la “guerra de los sexos” que se traduce en sus fotogramas, alcanza en todo momento y sin apenas altibajos un placentero divertimento, en el que se incorporarán secuencias y gags cómicos de diferentes tonalidades, y finalmente ofrecerá una definición bastante entrañable de unos personajes que en el fondo se debaten en la búsqueda de su estabilidad material y finalmente emocional. Y cierto es que THE RAGE OF PARIS ofrece a lo largo de su ajustada duración, un amplio abanico de situaciones de comedia, algunas de ellas incluso cercanas al splastick del cine mudo. Intentando recordar alguna de estas, no se puede dejar de referir el equívoco a que se somete Nicole al acudir a una dirección indebida, y donde esta se desviste delante de Jim ante la estupefacción de este; la presentación del personaje de Mike en medio del barullo del restaurante donde trabaja; el encuentro aparentemente espontáneo de nuestra protagonista con Bill, el encadenado de ambos con la secuencia en la que ambos acuden a una ópera y donde se produce el encuentro con el personaje encarnado por Fairbanks y una inoportuna conversación entre ambos que es protestada por el auditorio presente; los intentos frustrados de Jim por hacer naufragar las intenciones de Nicole; las maniobras de Mike ofreciendo sus habilidades como camarero para impedir que Bill pueda contar lo que sabe de la falsedad de sus orígenes; el divertido personaje del mayordomo de este y los engaños a que es sometido por Nicole al practicarle sus juegos de ilusionismo o los enfrentamientos que se producen en la pareja protagonista en el viaje en conche que la lleva a su casa de campo. Y es llegados a esta cuando se suceden una serie de situaciones puramente cómicas que nos acercan poderosamente el mundo de las comedias de Laurel y Hardy y que tienen como eje el off narrativo, el sonido de portazos y una hoja de ventana que no se sube cuando tiene que hacerlo y cae estrepitosamente en el momento más inoportuno, aunque en una de sus caídas atente incluso con la integridad de nuestra protagonista. Será sin embargo ese momento indudablemente hilarante, la inflexión que necesitará esta comedia para alcanzar un cierto grado sentimental y facilitar la resolución del aparente conflicto, que todos sabemos cual va a ser pero no por ello pierde en efectividad.

Es indudable que uno de los rasgos que otorgan una considerable singularidad a esta película, es el hecho de contar con un reparto bastante ajeno a lo habitual en aquel tiempo pero que funciona a las mil maravillas. Desde la presencia del impagable cómico que fue Mischa Auer a la poderosa química que se establece entre un Douglas Fairbanks Jr. que quizá nunca ha estado más acertado en la pantalla y una joven y ya hermosa Danielle Darrieux, que compone uno de esos retratos tan habituales en actrices del estilo de la gran Claudette Colbert, y que brinda a la historia de la screewall comedy uno de sus exponentes más elaborados y valiosos.

Película ágil, dinámica y hasta vertiginosa en ocasiones, THE RAGE OF PARIS es una sorpresa que merece sin duda una revalorización hasta el momento inexistente.

Calificación: 3

1 comentario

susana -

hola juan carlos
soy susana, de barcelona. ¿recuerdas que me dijiste que me podrías enviar un dvd de "Adios Charlie" a vuelta de correo? es solo por si te habías olvidado. Me hace mucha ilusión tener esta película. ¿podrías ponerte en contacto conmigo para enviármela?
gracias por todo
susana