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CINEMA DE PERRA GORDA

BATMAN BEGINS (2005, Christopher Nolan) Batman begins

BATMAN BEGINS (2005, Christopher Nolan) Batman begins

Es indudable que a efectos meramente económicos, BATMAN BEGINS (2005, Christopher Nolan) supone un auténtico triunfo, rompiendo las taquillas en su periodo de estreno y con los consiguientes –y dada vez más sustanciosos- beneficios con su posterior edición en DVD. Pero junto a ello, los comentarios críticos han resultado generalmente elogiosos ante esta nuevo viaje del conocido superhéroe del cómic, e indudablemente se revela como una de las propuestas más valiosas que, dentro de este subgénero, se han venido ofreciendo en los últimos años –más que nada por el corto valor cinematográfico que generalmente poseen-. Es más, revela una mirada bastante divergente con respecto a los referentes filmados por Tim Burton, suponiendo además una recuperación considerable tras las mediocridades filmadas por el impresentable Joel Schumacher.

Por encima de cualquier otra consideración, BATMAN BEGINS resulta una propuesta bastante seria, que paradójicamente cuando menos funciona es a la hora de expresarse como “film espectáculo”. El producto de Nolan sí resulta muy interesante en cambio, cuando plasma cinematográficamente el tormento interior de Bruce Wayne (un impecable Christian Bale), que le llevará casi como expiación trasladar su sentido de la justicia en el personaje de Batman. Todo este proceso tiene lugar en los primeros cuarenta minutos de película, que se revelan francamente brillantes y prenden enseguida el interés del espectador. En sus imágenes –en las que no faltan la alternancia de tiempos en el proceso de crecimiento de Wayne-, alcanzaremos a comprender las razones que le llevaron a elegir el conocido traje de murciélago gigante –quiere superar con ello sus miedos infantiles a este tipo de animales-, la ambivalencia de sus reacciones. En ellas se establece un conflicto interior entre venganza y justicia que vendrá motivado por el recuerdo del asesinato de sus padres –en los que se atisbará un profundo sentimiento de culpa, ya que indirectamente contribuyó a aquella trágica situación-. Todos estos elementos se combinarán con el encuentro con Henri Ducard (Liam Nelson, cada día más carismático como intérprete), quien le adiestrará física y psicológicamente en un monasterio ubicado en el Himalaya, rodeado de un auténtico ejército de combatientes.

Tras este largo e interesante fragmento, la acción se sitúa en Gotham con el regreso de Bruce y la compañía que le proporciona el fiel Alfred (un Michael Caine espléndido). A partir de ahí la película perderá ese interés inicial, y se desplegará en las habituales audacias del héroe, deteniéndose en el matiz psicológico y no siendo muy proclive a mostrar al protagonista en acción –la primera demostración enfundado en la indumentaria de superhéroe en su ciudad, se define fundamentalmente por una presencia elíptica-. En todo este largo conjunto de imágenes, creo que la vertiente de propuesta de acción espectacular no resulta muy estimulante, en la medida que las secuencias que se pueden englobar en esta vertiente están resueltas con planos cortos, buscando deliberadamente no encontrar en ellos ni un instante de fascinación. Sinceramente, creo que es un rasgo intencionado que resulta fallido, puesto que su definición visual no denota más que torpeza.

Eso sí. En BATMAN BEGINS se aprecia un esfuerzo por intentar huir de una escenografía excesivamente aparatosa de producción –los planos generales que describen Gotham no son excesivos, aunque resaltan lo suficiente un cuidado diseño escenográfico, que por otra parte se distancia del aportado por el ya mencionado díptico de Tim Burton. En todo caso y pese a un resultado no todo lo redondo que permiten intuir el largo y atractivo fragmento inicial, lo cierto es que la película de Nolan resulta atractiva y se observa en ella un intento –sobre todo a nivel argumental-, por salirse de una serie de estereotipos, aunque su expresión visual y narrativa en ocasiones no esté en consonancia, y muchos de sus instantes resulten claramente despersonalizados. Una de sus mayores virtudes estriba en haber logrado conjuntar un magnífico plantel de actores, que al margen de los ya citados aglutina nombres como Tom Wilkinson y Gary Oldman, y en donde solo chirría un Cilliam Murphy –estupendo actor por otra parte- absolutamente miscasting en su cometido de doctor malvado. Y una advertencia para fans del superhéroe; la continuidad de la franquicia está asegurada.

Calificación: 2’5

 

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