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CINEMA DE PERRA GORDA

HOUR OF THE GUN (1967, John Sturges) La hora de las pistolas

HOUR OF THE GUN (1967, John Sturges) La hora de las pistolas

La mitología generada en torno a la figura de Wyatt Earp y Doc Holliday ha sido una de las más recurrentes y fructíferas del “western” cinematográfico, dejando en su estela títulos tan remarcables como MY DARLING CLEMENTINE (Pasión de los fuertes, 1946. John Ford) o WICHITA (1955. Jacques Tourneur). Por supuesto, dentro de esta rememoranza hay que incluir forzosamente uno de los títulos más celebrados de John Sturges, un realizador que logró aportar durante la década de los cincuenta una de las miradas más interesantes al género norteamericano por antonomasia. Una especial inclinación esta al mismo que, si bien quizá no logró fraguar en ninguna obra maestra, si que posibilitó al menos media docena de títulos realmente brillantes, entre los que probablemente su obra más popular fuera THE MAGNIFICENT SEVEN (Los siete magníficos, 1960).

 

Con todo este bagaje y cuando su trayectoria profesional relacionada con el western mostraba cierto desfase con la presencia del irregular THE HALLELUJAH TRAIL (La batalla de las colinas del whisky, 1965), Sturges decidió un par de años después, y cuando el género prácticamente ya era una franquicia finiquitada, realizar y producir una película indudablemente personal. Se trata de HOUR OF THE GUN (La hora de las pistolas, 1967), que de forma inequívoca se plantea como una continuidad a la anterior y prestigiada aportación de Sturges sobre estos personajes GUNFLIGHT AT THE O.K. CORRAL (Duelo de titanes, 1957), intentando a nivel temático contraponer el carácter mítico que definía la película protagonizada por Buró Lancaster y Kira Douglas, por un tratamiento ceñido a la veracidad de la relación del célebre sheriff con el alcohólico Holliday.

 

La película se inicia con la recreación del célebre duelo en Tombstone entre los Earp y los Clanton. Tras su violento desarrollo y el triunfo de los primeros, Ike Clanton plantea una denuncia contra Wyatt (un muy ajustado James Garner) basada en falsos testimonios, que muy pronto es desestimada en la vista judicial. El sobreseimiento no impedirá que Clanton prosiga en su afán de venganza, al tiempo que intentar eliminar a quienes realmente se oponen a sus ansias de poder. El deseo se materializará en los ataques a los hermanos de Wyatt –Virgil y Norman-, resultando el primero lisiado y el segundo muerto, cuando estaba a punto de resultar elegido en unas elecciones locales. Esta lucha hará que la confianza en la ley del sheriff se resquebraje progresivamente, hasta evolucionar en su comportamiento en una tendencia vengativa cercana a los instintos más primitivos del ser humano, consustanciales al modo de vida del Oeste. En medio de este contexto, su deseo de vengar la muerte de Morgan y el ataque contra Virgil, le llevará al objetivo de eliminar a los que atentaron contra sus hermanos, para lo que buscará la ayuda de su fiel amigo Doc Holliday (brillante Jason Robarts), que se consume con la tuberculosis, y un pequeño colectivo de jinetes que se sienten agradecidos hacia Wyatt por los gestos que tuvo con ellos en el pasado. Sin embargo, este ayuda se revelará inútil, puesto que la creciente ira de Earp será la que, finalmente, consuma la venganza hacia quienes atacaron a sus hermanos. Cuando llegue el climax, su fiel amigo Doc se lo recriminará, diciendo que lo que busca no es la captura de los asesinos, su juicio e incluso el cobro de la recompensa. Por el contrario, en la mente de Wyatt solo está insertada la idea de la venganza más ortodoxa.

 

Quizá el primer elemento de reflexión que plantea HOUR OF THE GUN es el de la complejidad manifestada en el Oeste americano, en el intento de adaptar su modo de vida a la llegada del progreso y la practica de la democracia y las modernas leyes de la justicia. La película lo plantea de modo notable, en una apuesta temática que en muy pocas ocasiones ha tenido un equivalente tal en la pantalla. A partir de ese planteamiento, el giro del conflicto se centra en la figura del célebre sheriff, y la evolución de ese inicial respeto hacia la justicia y la ley, que se tornará cada vez más frágil para intentar contrarrestar la adulteración que de la misma practica sin recato Clanton. Poco a poco la imposibilidad de mantener ese equilibrio se hará patente en Earp, hasta convertirse en un auténtico “vengador sin piedad” –por cierto el título español de otro estupendo western de Henry King-, que actuará con mayor y más premeditada crueldad que el peor de los bandidos a quien desea liquidar.

 

Una historia tan atractiva –que los créditos destacan responde a la realidad de personajes y situaciones, y se plasmó como guión de la mano del experto Edward Anhalt-, se expresa en la imagen con una puesta en escena contenida. Una narración a cargo de Sturges caracterizada por su clasicismo –no se observa ninguno de los tics visuales que el género ya tenía asumidos como herencia del spaghetti-, y aunque su desarrollo albergue algún detalle humorístico –especialmente centrado en el personaje de Holliday-, esta se define en un tono sombrío. Los planos de HOUR OF THE GUN serán largos, aprovecharán las posibilidades del panavisión, y en poco dejan margen al optimismo ante una historia que no puede tener feliz conclusión. Earp se dará cuenta finalmente del fracaso de sus ideales, su futuro no podrá tener como marco Tombstone, y además se despedirá de su amigo con la certeza del próximo final de Holliday.

 

En este western de Sturges se trasluce, a través de sus imágenes, un aire de despedida a un género al que el realizador aún retornaría pocos años después. Sin embargo, creo que era consciente que esta sería su última aportación totalmente personal al mismo, y eso se nota en unas secuencias en las que incluso se reiteran motivos mortuorios –funerales o la imagen, heredada de FORTY GUNS (1957. Samuel Fuller), de los cadáveres de los Clanton expuestos en el escaparate de la funeraria-, y en donde bajo mi punto de vista, solo chirría en exceso una banda sonora del entonces prometedor Jerry Goldsmith, que contradice totalmente el carácter seco y casi ritual de la película.

 

Calificación: 3

1 comentario

ramón moreno palau -

He visto la hora de las pistolas en innumerables pases televisivos,doblada al español o al catalan,jamas tuve ocasión de verla en la majestuosa pantalla panoramica de uno de aquellos cines de programa doble de mi lejana niñez-y eso que ibamos cada domingo al cine-la pelicula-contrariamente a lo que se afirma en la disertación sobre ella-se beneficia de una brillante partitura de jerry goldsmith que contribuye al aire sombrio y mas bien funebre de la narración,la soberbia fotografia de Lucien Ballard-uno de los grandes maestros-refuerza la narración,que fluye placidamente durante casi dos horas,lo cual no quiere decir que este exenta de acción y violencia ni mucho menos,pero no existe ese sadismo tan de moda en la epoca-apogeo del "spaghetti wenstern"-cada vez que wyatt earp o doc hollyday matan a alguno de los sicarios de los Clanton da la impresión de que algo muy profundo muere dentro de ellos,el oeste esta cambiando,ha llegado el ferrocarril,los ranchos se han vallado y ha llegado la ley y los tribunales,personajes como wyat Earp o Ike clanton-magnificos James garner y Robert Ryan-saben que su tiempo ha pasado,pero se resisten a tirar la toalla,una magnifica pelicula que no tuvo la repercusión que merecia,ya que ante unas peliculas tan solidas como PASION DE LOS FUERTES-FORD 1946-Y DUELO DE TITANES-el mismo STURGES 1957-era dificil estar a la altura,pero STURGES consiguió un film solido,clasico,nada deudor de las modas imperantes en aquel entonces y su ultimo gran "wenstern"-JOE KIDD(1972)NO deja de ser un film entretenido pero menor-el tema de wyatt Earp,doc hollyday y el tiroteo del OK CORRAL conoció mas peliculas posteriormente-DOC(FRANK PERRY 1971)y TOMBSTONE Y WYATT EARP(GEORGE PAN COSMATOS Y LAWRENCE KASDAN 1993)ESTA ultima magnifica