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CINEMA DE PERRA GORDA

THE MATING SEASON (1951, Mitchell Leisen) Casado y con dos suegras

THE MATING SEASON (1951, Mitchell Leisen) Casado y con dos suegras

Pocas eran las películas que restaban por realizar a Mitchell Leisen en su considerable trayectoria cinematográfica, cuando en 1951 firmó THE MATING SEASON (Casado y con dos suegras). Años después su andadura profesional se introduciría en una dilatada experiencia televisiva que incluso le llevaría a dirigir episodios de series vinculadas al fantastique tan conocidas como THE TWILIGHT ZONE o THRILLER. Pero a tenor de las características y cualidades que definen el título que nos ocupa, lo cierto es que podemos señalar que su talento como artífice de elegantes comedias y melodramas se encontraba en un óptimo momento.

Una vez más vinculado a la Paramount -estudio en el que desarrolló la mayor parte de su carrera-, en esta ocasión trasladó en imágenes un guión en el que colaboró el conocido Charles Brackett, narrando la extraña situación que se produce en el entorno de Val McNulty (John Lund), cuando repentinamente se ve unido a la bella Maggie (Gene Tierney). Poco después de su encuentro se disponen a casarse, coincidiendo la boda con la llegada de la madre del primero –Ellen (Thelma Ritter)-. Esta acudirá junto a su hijo al perder su puesto de hamburguesas debido a las deudas acumuladas con el banco, pero finalmente se resistirá a estar presente en el enlace, al comprender que la novia procede de un entorno social más elevado del que ella representa. Algún tiempo después, y cuando la normalidad se ha recuperado en el matrimonio McNulty, Ellen se introducirá en la vida doméstica de la pareja, al ser confundida como una sirvienta que la joven esposa había solicitado a una agencia. Pese a la sorpresa del hijo al verla desempeñando este papel, su madre le pedirá que no revele su auténtica identidad a Maggie, integrándose en la andadura cotidiana de la pareja, que se irá enturbiando progresivamente por la incidencia que en ella provocan por un lado el hijo del jefe de la empresa en la que trabaja Val –George Kalenger Jr. (James Lorimer)-, nada oculto enamorado de Maggie, y por otro la madre de la propia Maggie –Fran (Miriam Hopkins)-, una mujer insoportable que solo busca la disolución del recientemente instaurado matrimonio. Por su parte, Ellen hará todo lo posible por preservar el buen devenir de la andadura de la pareja, aunque este celo en un determinado momento no hará más que provocar el enfrentamiento más acentuado entre los cónyuges.

Si hay un elemento que defina el carácter de esta comedia, es sin duda el de su pasmosa naturalidad. THE MATING SEASON se caracteriza por la ausencia de momentos álgidos, por un cierto intimismo en su desarrollo –por ejemplo, podemos observar una casi total ausencia de banda sonora en sus imágenes-, que sin duda le proporciona una especial definición. Todo ello cobra mayor importancia al subrayar el entorno en que se ubica este título de Leisen. Nos encontramos a principios de la década de los cincuenta, cuando estamos en un desafortunado impasse de la comedia cinematográfica norteamericana. Se trata de unos años en los que el género se encuentra sin exponentes dignos de ser reseñados, y poco antes de que se consoliden las aportaciones de Billy Wilder, y debuten -iniciando su aportación en esta vertiente-, Stanley Donen, Frank Tashlin, Richard Quine o Blake Edwards, propiciando el último gran periodo de esplendor de la comedia a partir de la segunda mitad de aquella década. Algo hay de ello en esta película, cuando en secuencias como la de la fiesta que ofrecen los McNulty se despliega un adelanto de ese feeling que caracterizará esa venidera comedia de Hollywood, o en el plano casi final de una Thelma Ritter caminando bajo la lluvia se anticipara inesperadamente la secuencia más famosa de la inmediatamente posterior SINGIN’ IN THE RAIN (Cantando bajo la lluvia, 1952. Stanley Donen y Gene Kelly).

Pero más allá de estos elementos de afinidad, creo que habría que ligar el film de Leisen con ese conjunto de comedias que por aquellos años firmaron realizadores como George Cukor para la Columbia –THE MARRYING KIND (Chica para matrimonio, 1952), BORN YESTERDAY (Nacida ayer, 1950), IT SHOULD HAPPEN TO YOU (Una rubia fenómeno, 1954)- o incluso el primerizo Richard Quine de THE SOLID GOLD CADILLAC (Un cadillac de oro macizo, 1956). En aquellos casos los títulos se encontraban al servicio de la actriz cómica Judy Holliday, mientras que en el que nos ocupa el elemento más o menos cómico se ofrece a la veterana y estupenda Thelma Ritter. Pero incluso en esa vertiente, THE MATTING… destaca por formular una crónica sobria y contenida, por momentos escorada hacia el melodrama, en la que destaca una vez más la inteligente utilización del espacio escénico por parte de un Leisen sobradamente curtido en la dirección artística –a lo que habría que destacar el apoyo de la excelente iluminación y fotografía en blanco y negro ofrecida por el especialista en el género Charles Lang-, en la que el uso del detalle a la hora de cerrar o abrir algunas de sus secuencias denota el sentido visual de su puesta en escena, y en donde brilla el retrato de personajes que están a punto de bordear la caricatura, sin que por fortuna este rasgo anule su autenticidad –es el caso de la madre de Maggie-. Leisen logra hacer creíbles situaciones tan difíciles de plasmar con acierto en la película, como el equívoco que convertirá a la madre de Val en la cocinera contratada por Maggie, o las situaciones que impiden que la primera pueda contactar con su hijo durante el desarrollo de la fiesta. Y, por último, sabe incorporar personajes tan atractivos como el de Kalenger Sr. (un estupendo Larry Keating), que permitirá cerrar esta película con una llamada a la esperanza en la utilidad de la veterana Ellen, que definitivamente revela su auténtica identidad, permite que su hijo se reconcilie con su esposa, y planta cara a su insufrible consuegra.

Medida, de ritmo sostenido y definida en un acertado timming, una espléndida dirección de actores, y una mirada sutil sobre la autenticidad en las relaciones humanas, THE MATING SEASON es una muestra tardía pero valiosa, en la aportación de uno de los talentos más singulares -y todavía infravalorados- con que contó la comedia americana en sus años de esplendor; Mitchell Leisen.

Calificación: 3

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