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CINEMA DE PERRA GORDA

MONA LISA SMILE (2003, Mike Newell) La sonrisa de Mona Lisa

MONA LISA SMILE (2003, Mike Newell) La sonrisa de Mona Lisa

No se puede decir que el planteamiento que nos ofrece MONA LISA SMILE (La sonrisa de Mona Lisa, 2003. Mike Newell), sea precisamente un prodigio de originalidad. Títulos como DEAD POETS SOCIETY (El club de los poetas muertos, 1989) o las dos versiones del relato de Terence Rattigan THE BROWNING VERSIÓN, firmadas por Anthony Asquith en 1951 y 1994 por Mike Figgis, son ejemplos pertinentes que nos hablan de la conservadora rigidez marcada en centros universitarios, en donde algunos de sus profesores chocarán con este asfixiante inmovilismo, granjeándoles dicha apuesta la final simpatía de ese alumnado que inicialmente había contemplado con cierto recelo el alcance de sus propuestas y personalidades. Como se puede deducir, nada nuevo nos plantea el film de Mike Newell, aunque ello en sí mismo no sea un elemento decisorio a la hora de valorar sus resultados.

 

Katherine Ann Watson (Julia Robert) es una joven que acude a una prestigiosa universidad norteamericana para ofrecer clases de arte. Desde el primer momento advertirá el choque que se ofrece con los planteamientos educativos de sus alumnas, al tiempo que irá mostrando una personalidad de talante más progresista del que emana en este centro. Esa incorporación de una mirada más avanzada, apela a la concienciación como personas del propio conjunto de estas alumnas, inculcándoles la realidad –algo conflictiva en el ámbito de la década de los cincuenta-. Por otra parte, estos elementos novedosos serán planteados por la protagonista para que la mujer en el futuro se libere de los roles que hasta entonces se habían aplicado para ellas desde una estructura machista, y que se centran en su disposición a ser esposas y madres, renunciando con ello a cualquier otra posibilidad de enriquecimiento que les brinde la vida. Será esa la lucha que se marcará Kathy, al tiempo que deseará que esta experiencia sirva para superar una serie de mutaciones vividas, mostrando su entrega en un nuevo modo de vivir y sentir la educación, basada en la observación personal y dejándose cualquier criterio preestablecido.

 

No se puede negar que MONA LISA… es un producto impecablemente construido. Su diseño de producción es el habitual de cualquier realización del cine inglés, y ciertamente se logra una buena ambientación histórica –algo mas complejo de lo que pudiera parecer, al ser la década elegida un periodo con escasos referentes en este sentido-. La película se digiere bien, y destaca en ella un sensacional reparto de actrices de diferentes generaciones. Es esa su mayor cualidad, logrando en este aspecto una notable sinceridad, aunque bajo mi punto de vista destaquen dentro de este reparto la labor de las magníficas Maggie Gyllenhaal y Marcia Gay Harden, quienes con sus miradas logran por momentos dotar de autenticidad sus personajes. Y es que, a fin de cuentas, la principal limitación del film de Newell reside en esa ausencia de verdadera sinceridad cinematográfica. Todo lo que contemplamos nos da la impresión de ser una excusa archisabida para componer un producto destinado al lucimiento y legitimación de Julia Roberts –quien ofrece un trabajo ajustado y al mismo tiempo previsible- como actriz dramática, al tiempo que dar salida a un buen número de jóvenes actrices, algunas de las cuales –Kirsten Dunst-, ya han logrado escalar peldaños en la industria cinematográfica.

 

Unido al hecho de encontrarnos ante una base dramática tan aparentemente comprometida, como finalmente banal y conformista pese a su relativa digestión, lo cierto es que en muchos momentos se tiene la impresión de que la película no llega jamás a sobrepasar la barrera de la discreción, fundamentalmente por la falta de arrojo del realizador para llegar a apurar las posibilidades de su propuesta. En bastantes momentos las secuencias se cortan antes de que lleguen a despuntar, mitigando su posible garra dramática. Con ello, en bastantes ocasiones parece que MONA LISA… quiera abordar demasiados personajes, demasiadas historias, optando por una moralidad bastante superficial y “políticamente correcta”, a fin de cuentas llevadera para todos los públicos.

 

Es precisamente en las contadas ocasiones en las que la cámara se detiene en las impresiones, comentarios y vivencias de situaciones dramáticas expuestas con un cierto intimismo, cuando el film de Newell gana en intensidad, y da la medida de las posibilidades que apunta pero en definitiva jamás llega a consolidar. Desde esta persistente limitación, su discurrir se queda en un producto cuidado en su superficialidad, que se degusta con la misma facilidad que se olvida, y que al menos tiene la virtud de mostrar un conjunto de relativa dignidad, que tiene como brillante conclusión esos títulos de crédito finales llenos de ironía, que recopilan momentos reveladores de la condición femenina en esos tan aparentemente cómodos como finalmente represivos años cincuenta, en el “paraíso” norteamericano.

 

Calificación: 2

 

2 comentarios

Anónimo -

va va chido

Angel Ortiz -

¿Cual sera la razón de su titulo? ¿La sonrisa de mona lisa?
¿Tendra que ver con lo enigmática de la misma o con lo desconcertante?