THE CARIBOO TRAIL (1950, Edwin L. Marin)
Prolífico realizador, Edwin L. Marin (1899 – 1951) fue un profesional frecuentemente vinculado con el western, genero en el que filmó diversos títulos protagonizados por Randolph Scott. Solo he podido contemplar algunos de ellos y, en líneas generales, se expresan como productos de serie con presupuestos limitados, eficaces en su desarrollo, ocasionalmente atractivos en algunas de sus set piéces, aunque finalmente jamás se les pueda incluir entre lo más granado del género. Quien sabe, quizá algunos de dichos títulos pudiera proporcionarnos alguna sorpresa –aunque lo dudo-, y entre ellos alcanza una especial significación COLT 45 –que no he podido ver-. Uno de estos exponentes –además uno de los últimos títulos de la filmografía de Marin es THE CARIBOO TRAIL (1950) –jamás estrenado comercialmente en nuestro país-, como tantos otros, por otra parte, de entre los protagonizados por Scott. En esta ocasión, el intérprete encarna a Jim Redfern, un cowboy que lleva en su mente el deseo de establecer un rancho ganadero. Para ello decidirá junto a un par de amigos alcanzar la región del Cariboo, en la columbia británica. La región se caracteriza en aquellos años por su implicación en la búsqueda del oro, faceta en la que también desea incidir su compañero Mike Evans (Bill Williams), el cual mantiene no pocos inconvenientes con las intenciones de su amigo. Un hecho propiciará la separación en la sincera amistad de ambos. A consecuencia de evitar el paso sobre un puente –por el que querían que abonaran un canon- junto a las piezas de ganado que sobrellevaban, los sicarios que forzaban a dicho paso provocarán una estampida, a consecuencia de la cual Mike sufrirá la amputación de un brazo. Llevado hasta la localidad más cercana, este se mostrará amargado y romperá su amistad con Redfern. Allí nuestro protagonista pronto adquirirá conciencia del influjo que en aquella zona ejerce el poderoso Frank Walsh (Victor Jory), empeñado en enriquecerse con el dominio sobre sus habitantes, contra el que se enfrentará Jim. Aunque su deseo es establecerse como ganadero, e incluso contemplará un valle virgen que considera ideal para ello, huyendo de un ataque de los indios encontrará una veta de oro que le permitirá alcanzar unos ingresos, que provocarán el recelo de Walsh, quien se enfrentará directamente a Jim provocando con sus esbirros que este huya perseguido por varios de los buscadores de la zona. En su huída encontrará a su viejo compañero –“Grizzly” (Gabby Hayes), que se encuentra junto a un grupo de expedicionarios también ganaderos. Todos ellos lograrán convencerle para que les guíe hasta la tierra que les ha descrito, para lo cual tendrán que discurrir por la localidad de los conflictos, en donde tendrá que enfrentarse de nuevo contra las artimañas de Walsh. Será casi un combate necesario, que por un lado le brindará la recuperación en la amistad con Mike –quién morirá tras un arrebato de lucidez y defensa a su viejo amigo-, consolidar las intenciones vocacionales de este, y también iniciar una nueva vida junto a la propietaria del saloon, eterna combatiente del depuesto terrateniente, y ligada a Jim desde el momento en que lo conoció.
Hay varios elementos que destacan en THE CARIBOO TRAIL. Por un lado, resulta de interés lo inusual de su inicio, a partir de unas imágenes y un relato en off que se muestran antes de los propios títulos de crédito. A Tras esos esos primeros compases, no se puede dejar de destacar el alcance pictórico que muestra el tratamiento en un primitivo Cinecolor que logra transmitir en aquellos planos generales dominado por paisajes rocosos o en la presencia de ese valle ideal para crear un rancho, una sensación de primitivismo realmente admirable. Pero si algo caracteriza THE CARIBOO… es por aunar en su reducido metraje todo un compendio de personajes, situaciones y estereotipos propios del western. Ahí es nada ver como se trata de la “fiebre del oro”, la búsqueda de una estabilidad por parte de un cowboy, de dominantes y ambiciosos caciques establecidos en pequeñas poblaciones con posibilidades de progreso, venganzas, ganaderos, lugares vírgenes, acoso de indios, amistades traicionadas o amores competidos. Casi podríamos decir que el film de Marin se erige como un auténtico borrador de uno de los mejores títulos del último periodo de la filmografía de Raoul Walsh –THE TALL MEN (Los implacables, 1955)-. Evidentemente, nos encontramos bastante lejos de la hondura y perfección cinematográfica esgrimida por el veterano maestro, pero sin embargo THE CARIBOO TRAIL tiene de su parte la ingenuidad con que está expuesta, la desenvoltura con la que sobrelleva una serie de subtramas que, de forma indiscriminada y sin solución de continuidad, va sorteando los diferentes pormenores de su línea argumental, con un uso destacado de la elipsis, con personajes poco definidos o mal interpretados –el amigo manco y resentido que encarna el limitadísimo Bill Williams-, y también con ciertos elementos que nos llevan a lejanos ecos del western más primitivo –esas vistas generales llenas de totalidad de ese valle inexplorado que descubre el protagonista-. En su conjunto, se define un título que en su propia simplicidad y esquematismo encuentra su mayor virtud. Casi, casi, un producto demodé, que bien pudiera haber sido filmado una década antes sin que un solo plano de su configuración variara en absoluto, pero al que quizá ese primitivismo es precisamente el rasgo que sigue proporcionándole su moderado pero nada desdeñable encanto.
Calificación: 2’5
2 comentarios
Juan Carlos -
Duke -
Por cierto, esta película fue la última en que intervino el entrañable y, porqué no, grandioso George "Gabby" Hayes.