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CINEMA DE PERRA GORDA

THE FAN (1949, Otto Preminger)

THE FAN (1949, Otto Preminger)

Al igual que sucede con A ROYAL SCANDAL (La zarina, 1945), THE FAN (1949) es otro de los títulos ignorados y menospreciados en los primeros pasos como director de Otto Preminger. Hasta cierto punto es comprensible tal pereza crítica, en la medida que ambas producciones de la 20th Century Fox se encuentran ajenas al espléndido ramillete de aportaciones que hicieron de su realizador uno de los cultivadores más valiosos y persistentes dentro del cine noir norteamericano. Pese a ese cómodo condicionante, creo que dicha circunstancia supone de un lado la demostración de la versatilidad de Preminger, y marca por otro la prolongación de la apuesta del mencionado estudio por la comedia de época, elegante y sutil, de clara raíz lubitschiana, que tuvo sus exponentes más destacados en películas firmadas por tres de los directores más prestigiosos del estudio; los citados Lubitsch, Preminger y Mankiewicz. Ambos llevaron a la pantalla ejemplos como las dos citadas del realizador vienés, THE LATE GEORGE APLEY (El mundo de George Apley, 1947) o la magistral THE GHOST AND. MRS. MUIR (El fantasma y la Sra. Muir, 1947) en la filmografía de Mankiewicz, o HEAVEN CAN WAIT (El diablo dijo no, 1943) y CLUNY BROWN (El pecado de Cluny Brown, 1946) en el caso de los últimos exponentes de la trayectoria de Lubistch. Todos ellos coincidían en sus características como productos enmarcados en un periodo no demasiado lejano en el tiempo –finales del siglo XIX e inicios del XX-, el retrato amable del contraste de clases sociales, o su inclinación por un tono de comedia sutil y elegante. Junto a estos rasgos, prevalecería una mirada entre irónica y entrañable a sus personajes, envueltos en conflictos y sentimientos revestidos a partes iguales entre la melancolía de su evocación y el revulsivo que estas, por lo general, manifestaban en el contexto social en que se desarrollaban.

 

A dichas características pertenece por derecho propio esta pequeña –menos de ochenta minutos de duración-, intimista y deliciosa comedia de costumbres, basada en el conocido relato de Oscar Wilde, trasladada en numerosas ocasiones al cine -la adaptación más reciente es la simpática  A GOOD WOMAN (2004. Mike Barker)- de entre las que no conviene olvidar la firmada por el ya citado Lubitsch en pleno periodo mudo alemán (1925). Es probable que dicho referente fuera decisivo a la hora de adjudicar a Preminger este proyecto –del que también ejerció como productor-, ya que en el contexto de los primeros años de su filmografía fue considerado el sucesor del alemán –no conviene olvidar la firma conjunta de THE LADY IN ERMINE (1948), que tuvo que finalizar el presumible discípulo –Preminger- tras el inesperado fallecimiento de Lubitsch-. Dentro de este contexto, lo cierto es que THE FAN –jamás estrenada comercialmente en nuestro país aunque editada en DVD- emerge como un relato delicado e irónico y emotivo en la evocación que inteligentemente se expone con la introducción de ese flash-back por parte de los personajes de una envejecida mrs. Erlynne (Madeleine Carroll) y el aún pícaro y galante con las mujeres lord Darlington (George Sanders). La película se iniciará, por tanto, en el Londres de la inmediata conclusión de la II Guerra Mundial, acudiendo nuestra protagonista a una subasta donde a bajo precio se ofrecerá un abanico que le perteneció en el pasado. Ante la negativa de los responsables a entregárselo sin aportar prueba alguna de su pertenencia, Erlynne acudirá al antiguo domicilio de Darlington, a cuyo encuentro le servirá para rememorar el pasado de su estancia en el Londres de principio de siglo –un inteligente fundido-encadenado desarrollado en la puerta de un establecimiento, nos llevará a la narración del flash-back-. Es probable, sin embargo, que la presencia de ese contexto de posguerra no esté suficientemente aprovechado –aunque nos permita asistir a una subasta tan apergaminada en sus fórmulas como pobre en sus contenidos-, en la medida que sí los podían demostrar las evoluciones temporales marcadas en la ya citada y admirable THE GHOST…. Sin embargo, nadie puede negar que proporcionó un emotivo e irónico contraste a esta historia de redención ejemplificada en la figura de la aún joven y atractiva Erlynne, quien en el contexto del Londres de principios de siglo, escandalizará un entorno social de resabios aún victorianos al ser conocedores de un pasado definido por las conquistas amorosas y vida libertina –dentro de los estrechos márgenes sociales dominantes-. La situación cobrará un giro sorprendente cuando las apariencias ligarán a la protagonista con lord Arthur Windermere (Richard Greene), un joven y atractivo representante de la aristocracia londinense, circunstancia que provocará los recelos de su esposa –lady Margaret Windermere (Jeanne Crain)-. La realidad es más compleja y al mismo tiempo más prosaica; la dama licenciosa y mundana es la anónima madre de lady Windermere, y para intentar reconsiderar el devenir de su existencia ha requerido la ayuda de su esposo. La situación estará a punto de provocar la reacción de Margaret, quien se situará a punto de sucumbir a una de las muchas peticiones que Darlington le formula para vivir junto a él. Dentro de esta tensa situación, la aparentemente licenciosa Erlynne será la que impida con sutileza y experiencia en la vida, que su hija recaiga en el error que ella vivió en el pasado, permitiendo con tal intercesión que ella reconozca a su hasta entonces anónima madre.

 

Como antes señalaba, THE FAN funciona con precisión, ironía y melancolía a partes iguales. Quizá sin llegar a apurar ninguno de estos elementos hasta sus últimas consecuencias, pero sí logrando un conjunto atractivo, en el que tiene un peso importante la dirección de actores –a la idoneidad de Sanders y la Carroll, cabe destacar la adecuación del por lo general estólido Richard Greene y la habitualmente fría Jeanne Crain-, y en la que cabe destacar la siempre estupenda Martita Hunt. Junto al brillo interpretativo, no se puede dejar en un segundo término la adecuación de una puesta en escena que domina con acierto el uso del plano – contraplano, la elección de los encuadres en función de la ubicación de sus personajes en el interior del plano, así como la agilidad de unos movimientos de cámara que logran dinamizar el conjunto. Detalles todos ellos, reveladores de la indudable personalidad del cine de Preminger, y de la que encontraremos numerosas muestras en sus más reconocidos melodramas noir.

 

Con ser interesante la interacción de todos estos elementos, quizá lo más valioso del conjunto revista en la comprensión y capacidad evocativa que la cámara del realizador –bien apoyado por la elegante fotografía en blanco y negro de Joseph La Shelle y el esmero del equipo de diseño de la Fox-, logra aplicar a sus personajes. Una mirada que no rehuye el componente irónico, pero que finalmente abraza un rasgo de emotividad, especialmente en esos planos casi finales en los que Erlynne contempla desde el interior de la ventana del domicilio de Darlington, como su hija se marcha de ella para siempre, tras lograr evitar que la vida de la joven reiterara el sendero que ella misma vivió en carne propia, decidiendo finalmente dirigir su futuro en otra ciudad, y renunciando al sustancioso aporte económico que Windermere le había proporcionado.

 

Deliciosa, elegante, concisa, moralista y ágil, THE FAN es una fiel transposición cinematográfica del mundo literario de Wilde, así como una muestra más del talento de un ya maduro Otto Preminger como director cinematográfico, injustamente menospreciada.

 

Calificación: 3

1 comentario

Feaito -

Una vez más concuerdo plenamente con tu apreciación. Una excelente película, injustamente sub-valorada por la crítica de la época. Preminger utiliza la comedia de formas de Wilde, pero la convierte en algo distinto y original, al incluir el relato en flashback o racconto situado en la 2a Guerra Mundial. Madeleine Carroll espectacular como Mrs. Erlynne, en uno de sus mejores papeles. Sanders, como siempre magistral y Jeanne Crain muy bien. Bien por España donde se reeditó; en EE.UU. y en Latinoamérica nunca lo ha sido, hasta donde sé.