SEVEN MILES FROM ALCATRAZ (1942, Edward Dmytryk)
A partir de un producto dominado por las firmas menores de la R. K. O., SEVEN MILES FROM ALCATRAZ.(1942, Edward Dmytryk) queda definido como un pequeño relato, dominado por el desarrollo de una acción para pocos personajes, y que tendrá como marco para la mayor parte de sus poco más de sesenta minutos de duración, el interior de un faro ubicado en la costa de San Francisco, cerca de la célebre prisión de Alcatraz. De allí se escaparán los presos Champ Larkin (James Craig, el posterior protagonista de ALL THAT MONEY CAN BUY (El Diablo y Daniel Webster, 1941. William Dieterle)) y su compañero Jimbo (Frank Jenks). La voz en off del primero, de forma irónica y por completo desprovista de dramatismo, será la que nos comente de forma sucinta –acompañado de breves imágenes-, los deseos del protagonista de evadirse de la prisión más segura del mundo, así como el logro de sus intenciones. Que nadie busque en este fragmento cualquier elemento que permita dotar a sus personajes de la más mínima entidad, ni descripción del ambiente opresivo de la reclusión ni, menos aún, del modo de fuga. En apenas un par de planos y con una frase, vemos como los dos reclusos huyen de Alcatraz y alcanzan la costa subido a una caja de madera. Desde allí llegarán hasta las instalaciones de un pequeño faro, donde violentarán la apacible estancia de sus moradores –el viejo farero, su hija, un ayudante y un joven novio de la muchacha-. En dicho faro se realizan labores de espionaje contra los nazis, siendo la llegada de los presos un motivo para neutralizar la aparente normalidad de sus cometidos –como los gangsters de THE PETRIFIED FOREST (El bosque petrificado, 1936. Archie L. Mayo) o preludiando los que protagonizarían la posterior THE DESPERATE HOURS (Horas desesperadas, 1955. William Wyler). Sin embargo, lejos estamos del dramatismo -y la retórica moralista- de los dos títulos citados. En este caso, lo que se dirime es un relato directo, sin sutilezas, esquemático hasta el límite de lo permisible, sin personaje alguno que aparezca mínimamente esbozado, y al mismo tiempo ligero en un planteamiento que prácticamente se desarrolla en un solo marco –cierto es señalarlo, ajustadamente aprovechado, especialmente en sus últimos minutos, donde la variedad de emplazamientos permite un mayor atractivo de la acción.
Tampoco es que se pueda pedir más de una serie B destinada para servir de distracción a los públicos de aquellos primeros años cuarenta, al tiempo que ofrecer un torpe relato de alcance antinazi, descrito con trazos gruesos y pueriles, que por otro lado me recordó la inmediatamente posterior película del mismo director, titulada BEHIND THE RISING SUN (1943) –que abordaba la II Guerra Mundial desde el prisma nipón con un maniqueísmo tan ridículo como relativamente comprensible-. Es por todo ello que la película ha de ser vista con la misma ligereza que posteriormente ha de servir de base para ser olvidada, y de alguna manera puede sernos útil para apreciar la destreza en las secuencias de acción y tensión posteriormente habituales del cine de Dmytryk, que tienen lugar en los últimos minutos de la función.
Para poder valorar los escasos pero existentes méritos de la película, olvidémonos de incongruencias o cabos sueltos como dejar que se quede sin explicación para sus hasta entonces compañeros, el hecho de que el joven novio de la hija del farero –Paul Brenner- sea en realidad un espía de los nazis; no hubiera estado de más que aunque lo demos por supuesto, alguna secuencia de la película nos muestre la reacción de sus compañeros, que además poco antes se han mostrado dolosamente impresionados por su muerte de manos de Jimbo. Evidentemente, una película de las escuetas condiciones de opinión de la primeriza obra de Dmytryk, no nos debe hacer obligar a hacerle pedir lo que esta no puede dar. Un giro final atractivo, nos llevará a justificar la voz en off que inicialmente ha estado presente en la función; en realidad muestra que su argumento es el relato que el recluso protagonista formula al responsable penitenciario como paso previo a su absolución como delincuente, ya que la aventura vivida, le ha permitido aflorar una vena patriótica que estaba adormecida en su interior. Ejemplar y premiado comportamiento que muestra finalmente una película olvidable, y solo reseñable a nivel arqueológico para ir completando la filmografía de un director injustamente menospreciado por motivos ajenos a su verdadero talento.
Calificación: 1’5
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