VERBOTEN! (1959, Samuel Fuller)
Hay dos circunstancias que saltan a la vista a la hora de definir la personalidad de VERBOTEN! (1959, Samuel Fuller). La primera de ellas es apreciar el hecho de que Fuller se planteó la película como una apuesta muy personal. Se detectan en todo momento audacias narrativas que se insertan en esa vertiente, ratificando que el conocido realizador sabía pensar en términos exclusivamente visuales. Por otro lado, nos encontramos con un proyecto indudablemente incómodo, que entronca con esa actitud típicamente fulleriana de búsqueda de conflictos generalmente poco o nada tratados en el cine norteamericano de su tiempo. Es indudable que el título que comentamos se inserta de lleno en dicho enunciado, ya que prácticamente hasta entonces nadie se había atrevido con un relato que hablara sobre determinados rasgos presentes en la traumatizada sociedad alemana tras la derrota del nazismo a cargo del ejército aliado comandado por los norteamericanos. Habría que esperar hasta la grandilocuente JUDGEMENT AT NUREMBERG (Vencedores o vencidos, 1961. Stanley Kramer), para que dicha temática fuera más frecuentada en el cine de Hollywood. De cualquier manera, y aún reconociendo ese marchamo de personalidad, el arrojo de la propuesta, la implicación del realizador –al mismo tiempo ejerciendo las tareas de guionista y productor- y el conjunto de cualidades que emanan del relato, he de reconocer que, con ser interesante, no me parece que VERBOTEN! se encuentre entre las aportaciones más significativas del cine de Fuller. Se trata de una apreciación que personalmente baso en el hecho de que las intenciones emanadas en sus imágenes, en más ocasiones de lo deseable no tienen la debida implicación en la progresión dramática del conjunto, quedando incluso en varios de sus mejores momentos como set pièces brillantes pero incorporadas de manera accesoria. En dicha vertiente no dudaría en incluir el celebrado episodio del asedio realizado por los soldados americanos en el escenario de la acción en los primeros minutos del film, sostenidos por la música de la quinta sinfonía de Beethoven. Resulta en sí mismo un ejercicio de estilo impecable, aunque ese fondo musical a mi juicio quede como un artificio no demasiado justificado.
VERBOTEN! despliega su propuesta precisamente mostrando una cara poco revelada que se inicia tras la caída del régimen nazi. Dentro de una Alemania devastada por la guerra y una sociedad absolutamente desmoralizada, la ocupación americana marcará dos polos de conflicto. De un lado los ocupantes tendrán que esforzarse en separar los conceptos de nazi y alemán –aunque ello no les impida tener que mirar hacia otro lado a la hora de convivir e incluso utilizar la aportación de individuos definidos como tales-. Por su parte la población alemana tendrá que convivir con los americanos, provocando una reactivación de violentos nostálgicos del nazismo, que con sus acciones de boicot lograrán enfrentar a la población oriunda contra los que algunos denominan como invasores. A la hora de plasmar estos elementos de conflicto, Fuller plantea la historia del valiente sargento David Brent (James West), no solo a partir de su destreza como tirador, sino en la azarosa singladura vital que se planteará en su futuro al enamorarse de una joven alemana –distanciada por completo del nazismo- que le ha salvado la vida, y a la que propondrá en matrimonio, consumando su intención pese a las recomendaciones en sentido contrario de sus superiores. Es así como Helga (Susan Cummings) pasará de ser inicialmente una denominada fraulein –las mujeres alemanas que se casaban con el primer americano que encontraban, para alcanzar con ello una seguridad futura- para con el paso del tiempo enamorarse sinceramente de Brent. Este logrará licenciarse y colaborar con las autoridades americanas en el complejo proceso civil de reconstrucción social, dentro de unas dificultades que vivirán ambos esposos de manera paralela. Mientras que el norteamericano irá soportando con creciente desafección su inadaptación en un contexto donde no es bien recibido –los alemanes implícitamente rechazarán la ingerencia que supone la ocupación americana-, su esposa dejará entrever el aparente interés material de su matrimonio, dejando abierta una anterior relación con el siniestro Bruno (Tom Pittman), quien poco después descubriremos se encuentra al mando de los comandos formados especialmente por jóvenes procedentes de familias destrozadas por la guerra, alienados y convertidos a la imposible causa del renacimiento del nazismo aún tras la muerte de Hitler.
Bajo mi punto de vista en dicha vertiente se encuentra una de las mayores debilidades de la película, ya que tanto la descripción de dicho personaje como en todas sus acciones o la manera de evocar su influjo –las sobreimpresiones que se muestran en torno a Franz, el pequeño hermano de Helga, cuando este visita el juicio de Nuremberg y se apercibe de manera dolorosa de la realidad de la atrocidad nazi, me resultan bastante pedestres-. Y es que discurriendo por dicho sendero, hay en VERBOTEN! una cierta ingenuidad, un grado nada desdeñable de maniqueísmo a la hora de plasmar un conflicto y una problemática sin duda compleja, probablemente precisa de una mayor sutileza que la que finalmente dispone un Fuller probablemente imbuido del torrente de sugerencias que emanaba de su espinoso planteamiento dramático. Evidentemente, podemos detectar en todo momento la voluntad –en bastantes ocasiones lograda- de introducir arrojo e inventiva a la hora de planificar y resolver con atrevimiento secuencias dominadas por planos largos dotados de verdadera fuerza. Pero al mismo tiempo se aprecia en bastantes ocasiones un cierto trazo grueso en el dibujo y la descripción de personajes. El caso del mencionado y alucinado líder nazi renacido no es algo aislado, ya que el retrato de la propia Helga aparece disperso y además dominado por ese imposible peinado presente en todas sus apariciones –un elemento aparentemente anecdótico pero que en esta ocasión provoca distancia dentro de un contexto dominado por una lograda textura desoladoramente dramática-, y la descripción de ese hermano manco de esta –el mencionado Franz- sinceramente aparece como excesivamente primario –a lo que cabría añadir la incompetencia del joven Harold Daye-. Será un rasgo que tendrá su justa definición en las secuencias donde este muestra su arrepentimiento frente al ya citado juicio de Nuremberg. Unos instantes que combinan la fuerza de su alcance al mostrar imágenes documentales de gran dureza -reveladoras de la barbarie hitleriana en los campos de concentración-, mientras que los insertos dramáticos de la repercusión del muchacho y su hermana, a mi modo de ver resultan de una torpeza demoledora.
De alguna manera, es así como podríamos definir en su conjunto VERBOTEN!; un título tan atrevido y personal en lo narrativo y en su planteamiento estrictamente dramático, como desequilibrado en su definitiva plasmación. En cualquier caso, no se puede dejar de valorar el alcance de sus enunciados positivos, que son notables, y el atrevimiento de una propuesta especialmente incómoda y ofrecida contracorriente. De todos modos, el conjunto de sus cualidades jamás debe hacernos olvidar los desajustes existentes que impiden situar esta película entre las cimas del cine de Samuel Fuller.
Calificación: 3
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Jesús Cortés -