5 AGAINST THE HOUSE (1955, Phil Karlson) [Cinco contra la banca]
Que Phil Karlson es uno de los indiscutibles popes de la serie B norteamericana, es algo indiscutible. Que en su obra se da cita una notable versatilidad en los géneros abordados, deviene otro auténtico axioma. Pero al mismo tiempo justo es reconocer, que aunque en su filmografía se dieran cita logros en géneros no demasiado frecuentados por su parte –GUNMAN’S WALK (El salario de la violencia, 1958) en el western, HELL TO ETERNITY (1960) en el bélico-, no es menos cierto que su trayectoria acusa una lógica irregularidad, teniendo su más alto grado de interés en una serie de policíacos rodados durante la década de los cincuenta. En dicho ámbito de dan cita títulos caracterizados por una especial textura y rugosidad, caracterizando a Karlson por su originalidad visual y el especial trazado de sus personajes, integrándose todos ellos –que van de 99 RIVER STREET (Calle River 99, 1953) a THE PHENIX CITY STORY (El imperio del terror, 1955)- de forma obligada en cualquier antologías del cine policial o el noir en aquel periodo. 5 AGAINST THE HOUSE (1955) podría en apariencia insertarse con presteza dentro de ese periodo dorado de la obra de Karlson. Su inclusión dentro del subgénero de “atracos perfectos”, le permitiría con facilidad dicha acepción. Y sin embargo, y aunque en su conjunto resulte un film más o menos atractivo, no seríamos justos si incluyéramos sus potenciales cualidades, dentro del cesto de los logros mayores de la obra de este cineasta atractivo, e incluso apasionante en sus mejores exponentes –para ello, solo hace falta señalar que el título que rodaría a continuación, sería uno de los mejores de su obra, el ya citado THE PHENIX CITY STORY-.
Un grupo de cuatro compañeros estudian juntos en una universidad que les proporciona una serie de ventajas para proseguir en una labor docente que, de otro modo, les hubiera sido vedado por su edad. Ellos son Al (Guy Madison), líder natural del grupo, Brick (Brian Keith), de atormentada personalidad tras su presencia activa en la Guerra de Corea, y necesitado de cuidados psiquiátricos, Roy (Alvy Moore) y Ronnie (Kerwin Matthews), ambos caracterizados por suponer los vértices amables del grupo y, en especial el segundo, proceder de una acaudalada familia. Todos ellos viajarán hasta Reno (Nevada), donde disfrutarán de un acercamiento a los casinos, contemplando en el recinto un frustrado asalto, que albergará en Ronnie la posibilidad de auspiciar un atraco, planteándolo no a partir la necesidad económica de llevarlo a cabo –especialmente en él, que cuenta con un entorno familiar de gran riqueza-, sino en las posibilidades de trasgredir las casi inviolables medidas de seguridad que existen en dichos recintos. Junto a esta iniciativa, que Ronnie irá planteando a todos sus compañeros –con la excepción de Al-, este último volverá a encontrarse con Kay (Kim Novak), la cantante de un club, a quien finalmente convencerá para casarse con él e iniciar una nueva vida. El grupo se trasladará hasta Reno en una caravana –sin saber los dos prometidos cual es su verdadero destino-, mientras poco a poco Brick irá ofreciendo crecientes muestras de su carácter inestable, y Ronnie enseñe a sus compañeros el ingenioso artefacto que ha confeccionado para lograr llevar a buen término el asalto –en el que incluso señalará la oportunidad de devolver el botín una vez logrado-. La calculada fórmula planteada irá aparejada a obligar a Al a que participe –amenazado por Brick-, y que este, en última instancia resulte efectivo. Sin embargo, en un momento determinado el guardia de seguridad amenazado –encarnado por el conocido secundario William Conrad-, actuará no de la forma prevista, desmontándose todo el plan urdido, y cuando los asaltantes –disfrazados de vaqueros-, ya huían con el botín alcanzado.
El gran problema, bajo mi punto de vista, de 5 AGAINST THE HOUSE –con guión de Stirling Silliphant, William Bowers y John Barnwell, además de una no acreditada e insólita participación del gran Frank Tashlin, basado en una historia de Jack Finney-, es el hecho de que Karlson no era el realizador más adecuado para llevar a cabo un producto de estas características. No se me entienda mal. Este asume las tareas con profesionalidad y no pocos buenos momentos, estos especialmente centrados en su parte final, donde el componente de tensión es más acusado, o en aquellas secuencias donde el matiz de violencia –especialmente representada en la figura de Brick-, se sitúan en un primer grado. Pero la realidad es que 5 AGAINST… es un producto policíaco, por así decirlo, marcado con un marchamo de cierta elegancia, que se alejaba por completo de la dureza y aspereza característica del mejor cine de nuestro realizador. Producido por la Columbia, e iniciado con la presentación de sus personajes en medio de una elegante partitura de George Duning, el primer realizador que me viene a la mente, y estoy seguro hubiera proporcionado al proyecto la temperatura que este finalmente no llega a alcanzar, es sin duda ese Richard Quine que por aquellos años filmaba la atractiva PUSHOVER (La casa 322, 1954). Es muy probable que el realizador de BELL BOOK AND CANDLE (Me enamoré de una bruja, 1958) hubiera presentado de la misma manera a Kim Novak –encuadrándola en primer plano en penumbra antes de iniciar la interpretación de una canción-, o igualmente hubiera prefigurado ese momento de planificación que todos señalan inspiró el futuro encuentro de Dustin Hoffman y Anne Bancroft en THE GRADUATE (El graduado, 1967. Mike Nichols). Es más, conociendo la capacidad que Jacques Tourneur manifestó dos años después para integrarse dentro del noir del estudio de Harry Cohn con su estupenda NIGHTFALL (1957), estoy convencido que el gran maestro francés hubiera conferido a este planteamiento argumental su indiscutible personalidad. En todo caso, ambos se hubieran sentido algo más a gusto que un Karlson al que los perfiles –por así decirlo, “pulidos”- que presenta esta película, no le permiten explorar en la pantalla las mejores virtudes de su cine, directo, duro y percutante. Le sucedió con su película precedente, TIGHT SPOT (En un aprieto, 1955), también para la Columbia y contando con Brian Keith, de la que conservo un lejano recuerdo, en el que destacaba su relativa teatralidad. Es por ello que pese a encontrarnos ante un producto solvente, este no queda demasiado bien parado a la hora de perfilar sus principales personajes –aunque estén encarnados por un cast bastante adecuado, excepción hecha del para mi horrible Alvy Moore-, y esa señalada patina de elegancia no esté expresada con demasiada convicción. Por fortuna, Karlson logra echar el resto en aquellos momentos en los que se pone de manifiesto su destreza con el cine de acción. Son secuencias como las que tienen como principal referente a Brick, la resolución del atraco –con un ingenioso artefacto que simula la presencia escondido de una persona-, o esos minutos finales desarrollados en un elevador de vehículos, en donde se descarga la tensión acumulada en el relato, culminando con la rendición del desequilibrado Brick por la mediación de Al, cuando este último le evoca ese pasado cercano cuando el primero salvó la vida al segundo. Se trata de una dolorosa, vibrante y al mismo tiempo elegante conclusión, para un título estimable, aunque no pertenezca a lo más valioso legado por uno de los hombres que en el cine de los años cincuenta, desarrolló una filmografía tan interesante como aún escasamente reconocida.
Calificación: 2’5
2 comentarios
Juan Carlos Vizcaíno -
En primer lugar, jurarte y perjurarte que respondí a tu mensaje sobre Capra. Lo que pasa es que lo hice respondiendo el email diréctamente, y al parecer no se insertó. Lo intentaré recuperar y te lo mandaré por este conducto, que es infalible.
En cuanto a Karlson, pues sabes que este blog solo refleja lo que voy viendo y pillando por ahí... así que ahora le ha llegado su hora a... y en breve saldrá el comentario de otro título soyo -THE BROTHERS RICO-. De todos modos, si entras en la etiqueta correspondiente, verás que ya hay varias de sus pelis comentadas, que ya es algo, jejeje. Te diré que a ver si el año que viene me lanzo con la segunda parte de PROYECCIONES DESDE EL OLVIDO -podía haberlo ido preparando este año-, y te aseguro que introduciré algún título de Karlson, que bien podría ser EL IMPERIO DEL TERROR. Lo que sucede para la rémora del libro, es que estoy bastante liado escribiendo y el tiempo nunca sobra, amigo. Creo que no sabrás que desde hace tres números colaboro en la revista DIRIGIDO POR..., también escribo alguna cosilla en la web CINE ARCHIVO. En fín... que tiempo no sobra, y si encima quiero este año ver unas veinte pelis más que en 2009. Voy pillado por todos los lados, jajaja.
Un abrazo desde Alicante, ciudad en la que espero que algún día no muy lejano nos encontremos personalmente.
Juan Carlos
Cristóbal -
Decirte sólo (ya soy viejo para adaptarme a la moda de quitar acentos) que me ha hecho ilusión encontrarme con Phil Karlson en tu blog, que no sé si recuerdas era uno de nuestros temas más recurrentes en los primeros correos que intercambiamos, allá por septiembre/octubre de 2008. Aunque a ti no te gustaba tanto como a mi, asumiste el compromiso de hacerle un huequito al bueno de Phil en tu próximo libro. Espero que tanto el proyecto del libro como la promesa de meter un título de Karlson sigan en pie.
Estupendo artículo. Abrígate, que por tus tierras ya refresca. Un abrazo.