SON OF DRACULA (1943, Robert Siodmak)
Si como producto generado en la mitología del personaje creado por la novela de Bram Stoker la verdad es que SON OF DRACULA (1943, Robert Siodmak) resulta absolutamente irrelevante, no se puede negar que la película considerada como un thriller de carácter sobrenatural resulta un producto no solo apreciable, sino sin lugar a dudas superior a otros aproximaciones de la Universal con esta temática, más desquiciadas y faltas de rigor.
Es evidente que en SON OF DRACULA vemos en todo momento la personalidad de su artífice, un Robert Siodmak ya integrado en la industria hollywoodiense tras una experiencia alemana que dejó la estela de algunos estupendos films, y ejerciendo como preludio a una trayectoria dentro del cine negro, el policíaco y el suspense bien conocida por todos. Es por estos márgenes en los que la película que comentamos se destaca en todo momento por la influencia expresionista de su planificación en sus encuadres o por el uso de las sombras. Mas allá de las enormes ingenuidades que se establecen de su guión –que por otro lado se hacen más llevaderas que otras producciones Universal del género en aquellos años-, la película de Siodmak se eleva de las mismas por su innegable fluidez y el peso que ofrece en numerosos detalles y secuencias que logran que su ritmo no decaiga y confluya en un producto al menos estimable.
Ya desde el inicio, SON OF DRACULA comienza de forma percutante; sobre una tela de araña que una mano retira se inscriben los títulos de crédito. La primera secuencia –tal y como está planificada- parece ya ser un adelanto de los posteriores films policíacos de Siodmak –la espera infructuosa del conde Alucard, en realidad una impostura del veradero conde Drácula (Lon Chaney, Jr.) en la estación del tren-. Muy poco después la visita de Kay (Louise Allbritton), la protagonista a la vieja bruja ofrece unos momentos totalmente alucinantes en los que la ambientación por los pantanos adquiere un poderoso aire fantastique.
Pero conviene hacer un pequeño recorrido de su argumento. El conde Alucard ha acudido de forma oscura a una mansión ubicada en una plantación del sur de los Estados Unidos. Ello se ha producido tras un viaje a tierras del este de Europa de una de sus propietarias, la mencionada Kay, creyente en lo sobrenatural y deseosa de lograr un pacto con el conde vampiro para adquirir la inmortalidad. Esta ha estado siempre ligada a Frank (Robert Paige), pero llegado el momento decide casarse con Alucard después de que este elimine al padre de la joven, el coronel Caldwell (George Irving). A partir de ahí la situación cobrará tintes alucinantes con las actitudes de Kay convertida en vampiro y deseosa de eliminar a Alucard, para lo cual no dudará en aliarse con el aún “mortal” Frank. Al mismo tiempo el dr. Webster, médico de la familia se aliará con el dr. Lazlo para desentrañar las claves de las situaciones vividas y darles fin, aunque será finalmente Frank el que logrará eliminar a Alucard quemando su ataúd y posteriormente calcinando el cadáver vampírico de la que fue su prometida, en el momento final del film.
Como se puede apreciar en este recorrido y tal y como era habitual en los guiones de las producciones terroríficas de la productora se aprecian en ella notables incoherencias. Una de ellas: ¿cómo es posible que cuando Alucard está al corriente de los planes para hacerlo desaparecer por parte de Webster y Laszlo no pueda acceder a los que maquina su “esposa”? Es evidente que si nos tomáramos con rigurosidad estas películas su entramado se nos vendría abajo con rapidez pero también es fácilmente detectable viendo SON OF DRACULA que Siodmak se tomó con interés el potenciar elementos visuales del film. Y si en ocasiones resultan molestísimas las apariciones del vampiro en forma de murciélago, la abundancia de humos que anteceden la encarnación del conde o la innegable inadecuación de Chaney en el papel del vampiro –aunque afortunadamente Siodmak se dio cuenta de ello y procuró disimular su presencia secundaria en el film encuadrándolo bien de espaldas o con abundancia de planos generales y medios-. En su favor hay que señalar que el guión en el que participó el hermano del realizador se logra integrar satisfactoriamente la vivencia previa de Kay cuando trabó contacto con el vampiro. Las referencias para servirnos de aclaración resultan en este sentido concisas y eficaces.
SON OF DRACULA logra aportar bastante momentos llenos de interés cinematográfico. Desde la forma con la que se encuadran la mayor parte de los planos medios de los actores que están efectuando investigaciones –se sitúan en primer plano del encuadre objetos (lámparas, etc.)-, hasta la oportuna integración de secuencias expresionistas que abundan –la puerta que se cierra tras entrar Alucard y Kay a casarse, con un repentino fondo de tormenta; el travelling en el que discurre Frank por el desagüe poco antes de quemar el ataúd del conde en los pasajes finales del film-. De igual modo se integran otros momentos directamente procedentes del cine fantástico como la inquietante presencia de Kay ante el dr. Webster en sus aposentos tras haber sido esta “asesinada” por Frank por los disparos que han traspasado el cuerpo de Alucard, o la secuencia final en la que este quema el cuerpo y el ataúd de esta, liberándola de la maldición vampírica. Sin embargo, no cabe duda que el mejor momento de la película lo supone la aparición del ataúd del conde vampiro sobre las aguas del pantano, siendo contemplada por Kay con ropas vaporosas, y el posterior acercamiento del conde en travelling hacia ella formando un momento realmente alucinante.
Para los seguidores de la ortodoxia vampírica, SON OF DRACULA ofrece con descuido un anacronismo: cuando Alucard cobra forma para entrar en el dormitorio y eliminar al padre de Kay, el encuadre muestra en el lado derecho un espejo que refleja la imagen del vampiro.
Calificación: 2’5
2 comentarios
Juan Carlos -
Toni -