PEARL HARBOR (2001, Michael Bay) Pearl Harbor
¿Cómo es posible que haya perdido casi tres horas de mi vida contemplando un mamotreto como PEARL HARBOR (2001. Michael Bay)? Y máxime cuando con anterioridad había sufrido dos engendros firmados por él –y también producidos por Jerry Bruckheimer-, como son LA ROCA (The Rock, 1996) –me tocó en suerte en un viaje de autobús- y ARMAGEDDDON (1998) –una de las escasas ocasiones en que he tenido que contener mis instintos de abandonar el cine antes de concluir una película-. Pese a estos nada halagüeños referentes, quizá algunos comentarios que en su momento hablaron de algunas virtudes de esta película, y la intención de ver en una noche veraniega un blockbuster me incidió a ello ¡Nunca me arrepentiré bastante!
Diseñada como una operación en la que se pretendía lograr un segundo TITANIC (1997, James Cameron) –algo que ni de lejos se logra pese a no ser ningún fan de la oscarizada película-, PEARL HARBOR fue un espectacular y acariciado proyecto que finalmente no alcanzó el éxito esperado y recogió unas críticas más bien tibias –incluso de aquellos que habían valorado de forma incomprensible los títulos que antes mencionaba-. Cierto es que el paso de los años ha hecho “atemperar” el remolino cinematográfico mostrado por Bay y tomado de la estética MTV basada en el plano corto, en un montaje atosigador, o la utilización de los más pueriles efectos y trucos cinematográficos, encaminados a “conmocionar” al espectador en base a la sobresaturación de impactos emocionales.
Pese a esta cierta mitigación, PEARL HARBOR es todo un rosario de trucos de la peor estofa, envolviendo por un lado la trayectoria personal de dos amigos de “toda la vida” –Rafe McCauley (Ben Affleck) y Danny Walter (Josh Harnett)-, que desarrollan trayectorias paralelas en la aviación estadounidense y ubicarán su destino en las islas Hawai, en pleno periodo de la II Guerra Mundial. Allí la enfermera Evelyn Johnson (Kate Beckinsale) se enamorará de Rafe y consolidará una relación sentimental con él. Rafe se marchará voluntario a una misión en Inglaterra en la que se le dará por desaparecido y en su ausencia Evelyn se enamorará de Danny. Cuando la relación de ambos ha conseguido borrar la ausencia de Rafe, este aparecerá estableciéndose la rivalidad de los dos amigos de siempre.
Sin embargo es en medio de esta circunstancia donde se producirá el bombardeo de Peral Harbor, en el que nuestros dos protagonistas tendrán un conducta heroica y serán reclutados para una misión suicida de réplica por parte del ejército norteamericano. Antes de acudir a la misma, Rafe conocerá que Evelyn se ha quedado embarazada de Danny, algo que no podrá decirle a su amigo hasta que la llegada de la tragedia prácticamente le obligue a ello.
Estoy convencido que una píldora fascista como PEARL HARBOR es la película perfecta para una sobremesa cualquiera del egregio George W. Bush. Es tan simple y reaccionario su planteamiento como tópica y pueril su plasmación visual. No se ahorra ninguna convención, no hay sentido del ridículo en tres horas de absurdo metraje lleno de peripecias sin verdadera entidad, con personajes que no responden a psicología alguna, con el protagonismo de dos estrellas que pueden competir a ver cual de ellos es peor actor –a un Affleck que a partir de aquí empezó a saborear su hundimiento como estrella, se le opone ese curioso homínido que atiende al nombre de Josh Hartnett-. La película –es un decir- de Bay, posee una parte “romántica” que solo provoca vergüenza ajena, en la que sus diálogos invitan a desconectar el oído, con una facilidades visuales en las que el abuso de planos cortos, la insistencia de la machacona música del insufrible Hans Zimmer o unos estereotipados personajes secundarios están al servicio de la demostración de las virtudes del ejército norteamericano, lo inteligentes y valiosos que son aunque hieran su honra, y un catálogo vergonzante de la heroicidad de unos muchachos que saben sufrir incluso matando.
Uno nunca ha sido un fervoroso del cine bélico, que está repleto de producciones hagiográficas, reaccionarias y con unos recursos bastante manidos y escasamente imaginativos. En cualquier caso y pese a esta notable laguna de alguna manera era mas asequible aceptar estas películas dentro del margen del cine clásico, por más que aún y con todo ello sus resultados no nos gustaran. Pero mucho peor es ya en pleno siglo XXI intentar evocar el glamour de aquellas películas, aplicando una estética basada en una “embellecedora” dirección artística que no duda en mostrar en medio de un bombardeo lleno de sangrientos heridos y muertos, el cadáver de una amiga de los protagonistas que aparece recién salida del gabinete de maquillaje y peluquería.
Cierto es que PEARL HARBOR tiene una secuencia brillante, como es la que escenifica de forma espectacular y con en ocasiones efectivo dramatismo el propio bombardeo. Pese a su evidente digitalización y ni siquiera huir en ella de ese ya señalado “embellecimiento”, es prácticamente el único asidero que tiene el espectador –se le ofrece en la mitad del metraje- junto a la fresca y desaprovechada presencia de Kate Beckinsale. Muy poco es para aguantar un intermitente sermón fascista repleto de planos cortos, grúas sin medida, música altisonante, diálogos insufribles y gratuidad por todos sus poros. Por todo ello y previniendo al posible espectador que cometa el error de contemplarla, le recomiendo que a cualquier interesado en aquel hiriente bombardeo para los norteamericanos preste atención al el inicio de PRIMERA VICTORIA (In Harm’s Way, 1965), uno de los más grandes títulos de Otto Preminger. En cambio, para aquellos que disfruten con el desarrollo en la pantalla de un film bélico que plasme una honda amistad viril intente localizar una copia de ALAS (Wings, 1928. William A. Wellman) Casi ocho décadas después de realizarse, permanece como un ejemplo totalmente fresco y vigente. Algo que PEARL HARBOR no logró ni en el momento de su rodaje.
Calificación: 0
24 comentarios
Paula -
Más allá de eso, es una buena película!
damian -
JOSE -
miguel -
miguel -
-
No seas agresivo, querido Eugenio. Los comentarios ahí quedan y todo es
respetable. Lo que no entiendo es que nadie muestre en ocasiones agresividad
por leer o escuchar un comentario que no coincida con su criterio. Siempre
he dicho que el leer mucha crítica de cine, me ha hecho tolerante ante la
vida.
Un abrazo,
Juan Carlos
El 16 de noviembre de 2010 06:35, Blogia <
thecinema.2005082301....@email.blogia.net
Eugenio Murcia -
Catalina Mercado -
erika -
arnau -
rafa -
me parece penoso que se desperdicie un post o blog poniendo a parir esta peli.la pasion de cristo si que fue lo mas malo que he visto en mi vida!! la vida de crito pero en plan americano con sangre por todos lados,eso si es de pena pero pearl harbor es la preciosa.si te crees cineasta porque no haces una peli mejor que esa? por lo que veo es muy facil no?
incluso la banda sonora es preciosa,no se quien eres para criticar hasta la banda sonora.
rafa -
me parece penoso que se desperdicie un post o blog poniendo a parir esta peli.la pasion de cristo si que fue lo mas malo que he visto en mi vida!! la vida de crito pero en plan americano con sangre por todos lados,eso si es de pena pero pearl harbor es la preciosa.si te crees cineasta porque no haces una peli mejor que esa? por lo que veo es muy facil no?
juan perez -
323K137 -
Sheila -
nerea -
Paulo -
Bueno era eso nomas..
Cahu
alex -
paloma >. -
SHEILA -
MaRtY -
es y será siempre mi pelicula favorita
laura -
romina -
juan joquin sanchez mtz -