JAPANESE WAR BRIDE (1952, King Vidor) [Esposa de guerra japonesa]
Tenía buenas referencias –algunas incluso excelentes-, de esta prácticamente ignorada obra del gran realizador americano King Vidor, jamás estrenada comercialmente en España y solo emitida en algún lejano pase televisivo. Me estoy refiriendo a JAPANESE WAR BRIDE (1952). La verdad es que las mismas en buena medida pueden ser ratificadas, puesto que la película se erige en sí misma como una de tantas singularidades que el cine norteamericano podía mostrar en la década de los cincuenta, y en sí misma es una estupenda película que aborda con tanta fuerza como sutileza el latente racismo innato en la aparentemente cómoda sociedad del american way of life. Para ello, la película se traslada inicialmente a la Guerra de Corea, que de forma muy sucinta es mostrada en todo su horror en esos infernales planos iniciales que en la inmensidad de la noche nos muestran numerosos cadáveres de soldados, de donde emergerá el protagonista de la historia –Jim Sterling (Don Taylor)-. Se trata de un soldado norteamericano que se enamorará de una sencilla muchacha japonesa –Tae (Shirley Yamaguchi)-, con la que de forma elíptica se casará tras un tan hermoso como inquietante encuentro con el abuelo de esta –en una secuencia caracterizada por la abstracción de sus decorados típicamente orientales-.
Ya desde el propio instante del retorno de Jim junto a su familia y en compañía de Tae, se detectarán sucesivos detalles casi imperceptibles y generalmente envueltos en la vida cotidiana de esta familia, que demuestran el rechazo que la nueva integrante de la familia provoca entre los componentes de la familia Sterling. Comentarios en la conversación entre las mujeres de la casa –inicialmente entre la madre de Jim pero más insistentes entre la cuñada de este, Fran (Marie Windsor); una mujer envidiosa que en ningún momento ha digerido el lejano rechazo de Jim –por el que siempre ha tenido una gran atracción-, que finalmente ha confluido en su encuentro con Tae.
Y es precisamente en ese constante y al mismo tiempo aparentemente inofensivo rechazo, donde se producen buena parte de los instantes más valiosos de JAPANESE WAR BRIDE. Desde los elípticos desprecios producidos en la propia llegada de Tae a la casa de los Sterling; la situación que se produce mientras la madre de Jim –que en ese momento sigue mirando con recelo a su nuera-, se encuentra junto a Fran y Tae en la cocina y a esta se le cae una taza, provocando la sensación de desaprobación de estas; la relativa reconciliación que con su suegra se produce cuando Tae logra aplicarle un masaje que calma sus molestias; la desasosegadora secuencia de la visita de Mrs. Shafer a la casa de los Sterling, el rechazo que provoca en ella la presencia de Tae –su hijo murió durante un bombardeo japonés-, la sorprendente reacción positiva de su hija –se muestra abierta con Tae pese a haber mantenido una relación previa con Jim-; la humillación que sufre Jim en una fiesta al recibir una paliza defendiendo a su esposa; o la que bajo mi punto de vista es la secuencia más incómoda de toda la película, como es la reunión de los Sterling en el patio de la casa, donde de forma muy sutil se va manifestando ese latente racismo existente en el conjunto de una familia plenamente representativa de la aparente libertad de pensamiento norteamericana.
En todos estos ejemplos la labor de puesta en escena de Vidor es espléndida, sabiendo ser preciso en la composición de los planos, la utilización de las miradas y el fuera de campo narrativo. El gran realizador sabe apurar una película que de forma manifiesta demuestra ser de escasos medios, pero para cuya resolución tiene los recursos suficientes a la hora de saber extraer todo el partido cinematográfico de un material evidentemente interesante, y al mismo tiempo demostrar su poderosa impronta tanto visual como temática. En efecto, JAPANESE WAR BRIDE se emparenta con varios de los melodramas firmados por Vidor en esta época, destacados al igual que este por la incorporación de algunos de sus principales personajes en atmósferas extrañas para ellos, y que se convertirán en auténticamente opresivas en su intento de convivencia. Al mismo tiempo, en muchas de sus secuencias se apuesta por esa integración de hombre y naturaleza, de integración en el esfuerzo colectivo, y la presencia de esos vibrantes instantes románticos –en este caso ejemplificados en el momento del encuentro de los dos protagonistas en el hospital japonés y el plano de conclusión del film-.
Ciertamente, nos encontramos con un título realmente lleno de fuerza, pero no se pueden dejar de detectar a mi juicio ciertos defectos. Uno de ellos es la blandura en la interpretación de Don Taylor –futuro realizador cinematográfico- pese a que ciertamente su personaje se caracterice por su pasividad, o la excesiva inquina demostrada en el de Fran, que incluso justifica excusas fáciles de guión para proseguir en sus planes de ataque de la nueva pareja –simula estar indispuesta para poder estar a solas con Jim; en otro momento contempla casualmente a Tae introduciéndose en la casa de unos vecinos japoneses, que propiciará que envíe un anónimo acusando a su cuñada de haber sido infiel a su esposo-. Pese a estos elementos un tanto recurrentes, es indudable que JAPANESE WAR BRIDE es una película que destaca por su singularidad, amplitud de miras y enésima demostración de la sabiduría cinematográfica de su director.
Calificación: 3’5
2 comentarios
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mucho que me llamen de usted -y me hacen más viejo, jajaja-. En cuanto a tu
valoración, siempre he dicho que no resulta más que un mero diario de
películas vistas, y el mérito está en las propias películas y el receptor
de las líneas. Yo me limito a "escarbar", sobre todo en títulos sobre los
que por lo general no se suele llamar la atención.
Espero leer tus comentarios en el mismo, y por cierto escribes sobre una
magnífica y poco conocida propuesta del gran King Vidor.
Un abrazo desde Alicante
Juan Carlos
El 25 de noviembre de 2011 05:26, Blogia <
thecinema.2005111602....@email.blogia.net
J. A. Bielsa -
Saludos