Blogia
CINEMA DE PERRA GORDA

PICCOLO MONDO ANTICO (1941, Mario Soldati) Tiempos pasados

PICCOLO MONDO ANTICO (1941, Mario Soldati) Tiempos pasados

Dentro de la inclinación del italiano Mario Soldati por el contexto del melodrama de época, lo cierto es que PICCOLO MONDO ANTICO (Tiempos pasados, 1941) presenta una entrañable singularidad, que el espectador observa según va concluyendo el metraje de esta minuciosa muestra de las posibilidades de este interesante realizador. Unas posibilidades estas que añosa más tardes forjaron esa corriente de melodrama dialéctico, que quizá tuvieron en la aportación de Luchino Visconti –SENSO (1954), IL GATTOPARDO (El gatopardo, 1963)- su exponente más inolvidable. Se trata en todos estos casos, de plantear un argumento que sirva de base a una cierta reflexión sobre la inevitabilidad del paso del tiempo, con lo que ello conlleva de transformación de los usos y costumbres, mostrando la huella que estos cambios acarrean en un contexto concreto.

 

En esta ocasión, el marco elegido será el de mediados de siglo XIX, donde la consolidación del estado italiano aún se encuentra en estado embrionario. La acción se desarrolla junto al lago de Lugano, donde reside la poderosa marquesa Orsola Maironi (magnífica Ada Dondini), máxima autoridad de un contexto cerrado y rural, encargada del cuidado de su nieto Franco (Massimo Serato). Franco es un joven de nobles ideales, que no desea cumplir el mandato implícito de su abuela para que se case con una muchacha de buena posición social, aunque esta le amenace con desheredarle. Junto a su desprecio por las convenciones, este se distancia ideológicamente de su tutora en su posición ideológica, ya que es un firme partidario de la creación del estado italiano. Estas dos circunstancias tendrán un detonante en la decisión del protagonista de casarse con la bella Luisa (Allida Valli), a la que ama con toda su alma, aún procediendo de una extracción social bastante más modesta. La marquesa repudiará a la pareja y desheredará a su nieto, quien por otra parte renunciará a reclamar a esta la realidad de la decisión de su padre, que le hacía a él heredero absoluto de sus bienes. Los dos esposos vivirán en casa del tío de Luisa, viendo poco a poco como la influencia de la aristócrata ha ido minando las posibilidades de los recién casados, que poco después tendrán una niña que alegrará sus vidas. Franco tendrá que viajar a Milán para trabajar como reportero, al tiempo que proseguirá en la lucha idealista que le ha implicado con el grupo que se muestra partidario de la independencia del nuevo estado italiano. Es así como entre las estrecheces económicas y presiones a los que son sometidos, unido a la entrega idealista del joven padre de familia, irá discurriendo la dificultosa vida del matrimonio, asumiendo separados la cotidianeidad de sus vidas. Pero aún tendrán que sufrir ambos la dolorosa prueba de la tragedia, por medio de la muerte de la pequeña hija de ambos –Ombretta-, al caerse al agua. Será para su madre el inicio de un auténtico abismo de desconsuelo, llegando a separarse por completo de su esposo, y viviendo una vida que bordeará el estado catatónico. Cuatro años después de la tragedia, Franco decidirá alistarse en la lucha activa por la independencia, pero antes de embarcarse buscará el reencuentro con su esposa, que en un primer momento mantendrá su frialdad hacia él. Sin embargo, este encuentro de una sola noche permitirá que renazca entre ellos ese sentimiento adormecido, quizá solo expresado en una despedida que el destino puede que haga definitiva.

 

Entre la crónica social, la aplicación de un relato lleno de giros folletinescos, la incorporación de una puesta en escena contenida y detallista, y la manera de imbricar el tratamiento dramático de unos personajes, a través de los cuales se expresa esa crónica del adiós a unos tiempos que se encuentran en absoluta transformación, se encuentra este PICCOLO MONDO ANTICO. Se trata de la primera ocasión en la que Mario Soldati asumió la obra literaria de Antonio Fogazzaro –lo haría poco después con MALOMBRA (1942), con la que mantiene ciertos elementos de contacto-, adaptándola con elegancia, utilizando su reconocido gusto y el cuidado de la ambientación. Con todo ello logrará recrear el contraste entre esos dos mundos que parecen tener que estrellarse entre sí, forjando con ello esa antítesis ante la que se plantea el necesario progreso que deja atisbar la conclusión de la historia. Será algo que se manifestará a través del sacrificio personal, la defensa de unos ideales e incluso la vivencia del dolor y la incomprensión. Soldati sabe articular con delicadeza los resortes de una base argumental proclive a los peores excesos, optando por el contrario por una crónica revestida de sencillez. Una elección formal que no impide que la ambientación de época está utilizada con efectividad, integrando todos estos elementos en una crónica precisa de un periodo de transformación social, y modulando el alcance de los giros folletinescos de la acción, en ocasiones revestidos de un cierto alcance de distancia, con la presencia de oportunos toques humorísticos que contribuyen a limitar el alcance del dramatismo.

 

Pero incluso dentro de estas coordenadas, no cabe duda que PICCOLO MONDO... sabe combinar esa naturalidad escorada a una sencillez expresiva, en la que no se ausentarán los estallidos emocionales. Una tendencia que se manifestará como auténtica catarsis, y que tendrá su punto álgido en la planificación e inserción del terrible momento de la muerte de la pequeña Ombretta, dentro de una secuencia modulada por su alcance casi expresionista, y caracterizada por el aprovechamiento de los escarpados exteriores en los que Luisa se ha decidido a encontrarse con la altiva marquesa en medio de la lluvia. A partir de ese momento, la película entrará en una espiral paroxística centrada en la descripción del velatorio de la pequeña –en la posterior MALOMBRA también se insertaba una secuencia de similares características-, y en la posterior obsesión necrofílica de la madre con su constante y obsesiva presencia de esta ante la tumba de su hija. Será un fragmento en el que también la involuntaria causante de toda esta tragedia -la marquesa-, vivirá en carne propia una serie de pesadillas –espléndidamente plasmadas visualmente- que le forzarán al reconocimiento de su mala actuación, llegando a legar a su nieto la herencia que le correspondía.

 

Ya era demasiado tarde, el amor que el joven matrimonio sigue manteniéndose, ha producido una ruptura en su manifestación exterior. Ni Franco entiende el calvario emocional que su esposa se obsesiona en seguir manteniendo, ni Anna admite que su esposo se resigne a olvidar la tragedia que ambos han vivido, sabiendo que la misma ha estado provocada por la actitud de su abuela. Será un recorrido trágico y doloroso, en el que el paso del tiempo permitirá una cierta llamada a la esperanza. Pero será un sentir asentado sobre una aureola de pérdida, con el cierto atisbo de un pequeño reencuentro que ambos intuyen será el último, la oportunidad postrera en definitiva de evocar el sentimiento que a ambos los unió, y que la incidencia de unas circunstancias sociales y familiares, les ha impedido consolidar en una existencia fraguada en la felicidad que ambos buscaban. Es por ello que pese a la emotividad y entrega que manifiesta esa despedida en apariencia jubilosa pero en última instancia estremecedora –inolvidables los primeros planos de la Valli-, lo cierto que que PICCOLO MONDO ANTICO deja el regusto agradable de suponer como una crónica de transformación, sobria, sentida y contundente, en el que una vez más el peso de esa transformación se cobrará unas víctimas sin que ellas lo hayan advertido.

 

Para finalizar, me gustaría destacar un pequeño detalle, y es consignar la importancia que la presencia del mar tiene en las cuatro películas de Soldati que hasta ahora he podido contemplar. Desconozco si ello obedece a una intención deliberada del realizador, pero cierto es que en la posterior y ya mencionada MALOMBRA esta inclinación se haría igualmente manifiesta.

 

Calificación: 3

1 comentario

ombretta -

me llamo omberetta porque mis padres vieron ese film estando yo siendo gestada ..siempre me contaron de esta film... nunca pude verlo