REVOLT OF THE ZOMBIES (1936 Victor Halperin) [La rebelión de los muertos]
Para cualquier aficionado –si es que en estos tiempos que corren pueda quedar alguno-, que pudiera establecer cualquier comparación de REVOLT OF THE ZOMBIES (1936) –jamás estrenada en España y editada en DVD con el título de LA REBELIÓN DE LOS MUERTOS-, con ese clásico reconocido que supone WHITE ZOMBIE (La legión de los hombres sin alma, 1932), no cabe duda que la decepción será la impresión más razonable, sobre todo debido al hecho de que la propia temática de la película se aleja del film protagonizado por Bela Lugosi. Y también –negarlo sería absurdo- por que sus cualidades son mucho más menguadas que la que supone una de las cimas del cine de zombies –solo comparable con la mítica I WALKED WHIT A ZOMBIE (1943, Jacques Tourneur)-. Pero sucede que un servidor sigue sintiendo una gran curiosidad ante el cine de Victor Halperin, del que conozco otra excelente aportación al fantástico, menos conocida pero de similares calidades –SUPERNATURAL (Sobrenatural, 1933)-, y uno de sus últimos títulos, de más limitado interés, basado en una temática carcelaria, pero que no deja de poseer su cierto grado de interés –BURIED ALIVE (1939)-. Es por ello que acceder a REVOLT OF... revestía para mí la oportunidad de visionar una nueva aportación de este realizador al que –como podría suceder con Robert Florey- se debería evocar en cualquier antología del cine de terror clásico.
Dicho esto, conviene situar los límites del título que comentamos, en la medida que se aleja de forma bastante clara de esa referencia antes citada de WHITE ZOMBIE, encontrándonos fundamentalmente en una extraña mixtura de relato colonial –tal como atinadamente señala Tomás Fernández Valentí en el libreto que acompaña el mencionado DVD- que describe esencialmente la historia del fracaso descrito en una imposible relación triangular establecida entre Armand Louque (un jovencísimo Dean Jagger), Claire Duval (Dorothy Stone) y Clifford Grayson (Robert Nolan). Ambos son estrechos amigos, iniciándose la acción en las postrimerías de la I Guerra Mundial, cuando tras la captura de un sacerdote oriental descubren la existencia de una insólita manera de transformar a combatientes en una extraña manera de zombies que, desprovistos de auténtica vida, se convierten en auténticos autómatas imposibles de eliminar. A partir de ese extraño punto de partida –que incluso podría haber ejercido como referente del J’ACUSSE! (Yo acuso, 1938) de Abel Gance; ignoro si su precedente mudo de 1918 ya incluía esos matices fantastiques-, la acción se traslada a la búsqueda de esa extraña fórmula en Camboya. Será el marco en el que el trío antes citado –Armand es un experto en antiguas lenguas, Claire la hija del general que comanda la expedición, y Clifford un oficial inglés del que la muchacha se sentirá atraída por encima de la sincera amistad que hasta entonces mantenía con ella.
En definitiva, el mayor elemento de interés de la película se destila en la extraña melancolía que Armand asumirá tras conocer la noticia, sirviendo dicho desengaño como base para que tras descubrir esa fórmula que puede convertirle en un ser dominador de las voluntades de todos los que le rodeen, le sirva como vértice para intentar a toda costa recuperar el amor de una joven que nunca ha podido asumir lo dejara de lado a favor de Clifford. Se trata de un elemento que, si bien no está aprovechado en todas sus posibilidades, preciso es reconocer alcanza una cierta entidad en esta clara serie B, en la que Halperin usa y abusa en exceso con el célebre inserto de los ojos de Bela Lugosi –sacados de WHITE ZOMBIE- a la hora de plantear los instantes en los que intenta visualizar los momentos en los que la llamada del desquiciado Armand, logra que los sujetos invocados acaten su voluntad y este domine sus propios pensamientos. Sin embargo, no es menos cierto que la película logra articular un cierto tono bizarro, que intuyo fue uno de los elementos de estilo que Halperin tuvo siempre en lugar de preferencia a la hora de articular su cine. Es algo que también detecté en el anteriormente citado BURIED ALIVE, y queda ratificado en esta REVOLT OF THE ZOMBIES, en la que del mismo modo se pueden atisbar ecos de otros conocidos exponentes del género de aquellos años. No resulta fácil reconocer ciertas –por otro lado lógicas- ascendencias de títulos como THE MUMMY (La momia, 1932. Karl Freund) o THE MASK OF FU-.MANCHU (La máscara de Fu-Manchú, 1932. Charles Brabin y el no acreditado Charles Vidor). Junto a ello, destaca la alternancia de momentos dominados por cierto estatismo –que también se encontraban presentes en los referentes que acabo de mencionar-, mientras que en otros momentos Halperin sabe trabajar a fondo aquellas secuencias en las que puede extraer ese lado malsano, utilizando a fondo la escenografía. Ejemplo de ellos lo tendremos en los instantes en los que se asesina al sacerdote portador del telar que contiene la fórmula a invocar –en el que la presencia de una escultura mitológica de aspecto demoníaco ayuda poderosamente a dotar de un especial grado siniestro a dicho crímen. Serán también aquellos momentos en los que Armand discurrirá –mediante transparencias- por lugares exóticos y un tanto misteriosos, hasta llegar a la lápida que contiene la fórmula sobre la que este llegará a transfigurar su personalidad. Unamos a ello, aspectos como la escenografía de ese recinto sagrado al que accederá nuestro protagonista, dominada por su simetría arquitectónica, siendo mostrada en contrapicado y cuyos ventanales recuerdan mucho ese inserto de los ojos amenazadores.
Supondrán todos ellos, instantes que revelan la personalidad de un Halperin al que sigo interesado en indagar en su filmografía, y que en esta película apuesta decididamente por el sacrificio por amor, al no poder lograr pese a sus poderes alcanzar de manera voluntaria el sentimiento de Claire pese a casarse con ella, y partiendo siempre de su imposibilidad ética de dominar los pensamientos de la muchacha. A partir de esa negativa –que en modo alguno llevará aparejado el desprecio de una joven que siempre ha apreciado a este-, el joven Loque renunciará al uso de los mismos, quizá sin tener en cuenta que con ello su vida dejará de poseer valor alguno.
Por todo ello, cabe concluir que REVOLT OF THE ZOMBIES no es una aportación comparable a la de las dos grandes obras que Halperin brindó al cine fantástico, pero tampoco merece el menosprecio con el que –en líneas generales- ha sido tratado los pocos que la han podido contemplar. No solo eso, sino incluso creo que en su modesto y apreciable grado de interés, se atisba la humilde pero atractiva personalidad que este extraño nombre ligado al fantástico transmitió en su cine, al menos en el poco que hasta ahora he podido presenciar.
Calificación: 2’5
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