BLACK RAINBOW (1989, Mike Hodges) Más allá del arco iris
Con una trayectoria tan errática como no exenta de títulos que incluso gozan de la calificación de cult movies –el más significativo sería GET CARTER (Asesino implacable, 1971), pero no convendría olvidar el simpático PULP (Historias peligrosas, 1972)-, el británico Mike Hodges acometió en 1989 la empresa de realizar un pequeño y sencillo film que combinara en su seno lo sobrenatural, una serie de relaciones familiares incluso con raíz incestuosa y el importante complemento de una trama policíaca. El resultado no puede decirse que diera como fruto una obra maestra, pero cuando films simplemente correctos como puede ser el caso de CARRIE (1976, Brian De Palma) –con el que mantiene una cierta relación-, ha sido admitida en algunos sectores desde hace varios años como auténticos clásicos, bueno será defender las cualidades –intermitentes, eso sí-, que alberga este sombrío, a ratos monótono, en ocasiones embriagador y finalmente sorprendente BLACK RAINBOW (Más allá del arco iris, 1989), cuyas mayores virtudes se encuentran precisamente en no levantar nunca el tono de voz –al contrario que lo ofrecido por referentes tan conocidos y cargantes como ANGEL HEART (El corazón del ángel, 1987. Alan Parker)-.
Con unos primeros minutos que nos inducen a pensar que asistiremos a una especie de mixtura entre el ELMER GANTRY (El fuego y la palabra, 1960) de Richard Brooks y el admirable, festivo, nihilista y poco apreciado testamento fílmico de Alfred Hitchcock –FAMILY PLOT (La trama, 1976)-, muy pronto BLACK RAINBOW muestra sus cartas. El periodista Gary Wallace –estupendo Tom Hulce-, logra encontrar tras diez años de búsqueda a Martha Travis –excelente Rosanna Arquette-, y muy pronto el encuentro entre ambos dará paso a un flash-back –incorporado de forma excesivamente abrupta-, que nos relatará lo sucedido una década antes y que se extenderá durante 95% del metraje del film. Este retroceso en la historia evocará la andadura de Martha, exhibida por su padre –Walter, eficaz Jason Robards- al desarrollar sus facultades como médium. Sin embargo, en una de estas sesiones públicas –con apariencia de poca credibilidad-, Martha aporta los datos que preconizarán un próximo fallecimiento. En concreto detalla el asesinato del esposo de una de las asistentes a estas citas abiertas con el exhibicionismo de lo sobrenatural. El crimen estará relacionado con las informaciones que la víctima iba a revelar sobre su empresa, y la difusión de las circunstancias del asesinato y el hecho de que Martha sepa la persona que lo cometió, marca el interés de un periódico cuyo veterano director –persona abiertamente sensible a la existencia de otras realidades-, envía de forma especial a Gary, un joven por completo escéptico a cualquier creencia sobrenatural –recordando al personaje que interpretaba admirablemente Arthur Kennedy en el antes mencionado film de Richard Brooks-. Ese inicial descreimiento irá desmoronándose de forma ostentosa cuando en una sesión posterior a la que asiste, Martha anuncia angustiada la muerte de familiares de varios de los presentes, e incluso de uno de los propios asistentes a la misma... El presagio se cumple, mientras de forma paralela el responsable de la empresa que ordenó el asesinato inicial encarga de nuevo a su ejecutor a que haga lo propio con esta molesta testigo. El cerco se irá cerrando, llegando a su máximo punto de dramatismo cuando Martha perciba en público que su padre va a ser asesinado. El presagio se cumple y finalmente la protagonista desaparece misteriosamente, volviendo la historia a la actualidad... no pudiendo Gary lograr declaraciones de aquella joven con la que incluso tuvo una fugaz relación sexual. Pero no solo eso, sino que incluso las pruebas fotográficas que había tomado de su contacto... parecen difuminarse de forma sorprendente.
Como se podrá comprobar, la multiplicidad de elementos que encierra este BLACK RAINBOW quizá se erija como su principal elemento en contra. Considero que si la historia se hubiera centrado en los avatares del fascinante personaje de Martha, estaríamos hablando de una película mucho más homogénea. Los detalles policiales y las implicaciones sociales que rodean la historia así como la extraña relación mantenida entre padre e hija aportan poco a la verdadera tragedia de una joven hipersensible que “sufre” el don que le ha sido dispensado. De cualquier manera, Hodges es consciente de realizar un film pequeño e intimista, y en él –además del trabajo de sus actores-, destacan su estupenda ambientación sureña y, fundamentalmente, la presencia de detalles de índole misterioso –la presencia de hojas secas que discurren a la dirección del viento, las plumas que caen cuando se produce el primer asesinato, la intuición del veterano Walter al identificar a dos misteriosos personajes que esperan el tren en que ellos han viajado como empleados de funeraria, la utilización dramática de espejos y cristales, la desaparición repentina de Martha casi en la nada tras Gary cuando este la deja de espaldas momentos después de producirse la muerte del asesino...- Junto a ellos, no convendría omitir la estupenda y sobria planificación de las sesiones de mayor dureza psicológica que protagoniza nuestra joven –en la última reflexiona sobre la necesidad del ser humano de creer en la trascendencia-, la magnífica resolución de los instantes finales, con el uso de esas fotografías que casi hipnotizan a ese periodista anteriormente descreído, pero que en un guiño final hacia quien fue diez años antes director del periódico del que finalmente se despide, admite la existencia de lo sobrenatural volviendo al fantasmal escenario donde al inicio ha encontrado de nuevo a Martha ¿Una relación parecida a la que sentía el policía Dana Andrews por el cuadro de LAURA (1944, Otto Preminger)? Quien sabe. Lo cierto es que pese a sus desequilibrios, BLACK RAINBOW merece figurar, si no con letras de oro, si al menos de forma entrañable entre las aportaciones de interés brindadas al género fantástico en la segunda mitad de la década de los ochenta.
Calificación: 2’5
Comentario insertado en Cinefania en febrero de 2003 y corregido con posterioridad
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