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CINEMA DE PERRA GORDA

REGENERATION (1915, Raoul Walsh)

REGENERATION (1915, Raoul Walsh)

Casi como queriendo romper algunos lugares comunes en la historiografía cinematográfica, el descubrimiento de REGENERATION (1915), revela de entrada la enorme madurez estilística que el cine de Raoul Walsh –firmando en esta ocasión como Raoul A. Walsh-, revelaba en aquellos años aún incipientes para la pantalla. Bajo el auspicio de William Fox –la Century Fox aún no se había creado-, nos encontramos de entrada con un título que adelanta bastantes años antes de lo establecido, las constantes que forjaron el cine de gangsters –establecidas en las aportaciones de Joseph Von Sternberg a finales del periodo silente-, e incluso preludia la galería de dramas bizarros que hicieron popular el cine de Tod Browning protagonizado por Lon Chaney en la década posterior. El hecho de que probablemente nos encontremos ante un título perdido durante largo tiempo –el estado de la copia delata fragmentos en donde su deterioro es manifiesto-, es no solo una muestra de la valía de esta magnífica obra, sino que nos da una pista de lo que podría dar de sí e incluso revolucionar nuestras perspectivas fílmicas, si se pudiera llegar a esa gran cantidad de celuloide al parecer irremisiblemente periodo con el paso de los años.

REGENERATION de entrada, nos ofrece esa capacidad del cine de su tiempo de ir directamente al grano y, con muy ajustadas pinceladas, establecer la evolución de su protagonista. Ese Owen que nos es mostrado en un primer momento de niño –con diez años de edad- (bajo los expresivos rasgos del apenas conocido John McCann), en medio de un contexto casi dickensiano, siendo abandonado por su madre –a quien nunca veremos- y adoptado por sus vecinos de una finca en donde la miseria domina cada uno de los rincones del encuadre. Walsh se centra en la mirada del niño, en las impresiones que recibe del duro contexto al que se ha visto inmerso, dedicándole encuadres que lo cercan, y adelantando en algunos momentos al pequeño John Sims de THE CROWD (…Y el mundo marcha, 1928, King Vidor) o, por que no decirlo, por su propia configuración física y la toma de su punto de vista el niño protagonista de SAMMY GOING SOUTH (Sammy, huída hacia el sur, 1963. Alexander Mackendrick). En muy escasos minutos –la película apenas sobrepasa los setenta de duración-, el espectador llega a palpar un ambiente de degradación física y moral, de la que en un momento dado huirá el pequeño con los pies descalzos y sucios, agobiado por la crueldad que le expresa el marido del matrimonio que –por así decirlo- lo ha acogido. Apenas unos instantes después, Owen es mostrado con diecisiete años de edad, (bajo los rasgos de Harry McCoy) en una secuencia quizá menos reveladora que la que sirve de inicio al film, aunque en ella se desprenda el carisma del ya joven, luchando en una pelea desarrollada ante el puerto, y describiendo el aura que le rodeará en su posterior madurar, ejerciendo como líder de un gang de muchachos. Es algo que percibiremos muy pronto cuando se nos muestre ya con veinticinco años de edad – interpretado por Rockiffe Fellowes-, en un contexto en el que se desarrollará el resto del metraje.

A partir de ese momento, el ambiente de los bajos fondos portuarios llega casi a erigirse como el elemento protagónico de REGENERATION, en medio de una ambientación deslumbrante en su autenticidad, dentro de un relato que Walsh erigirá con un asombroso sentido del ritmo, y sin que el mismo le haga descuidar el trazado de sus personajes. Es en dicho aspecto, donde no dejaremos de percibir la presencia de una serie de seres sórdidos, en alguna ocasión no muy lejanos a los freaks que Browning iría incorporando a su cine, desde la presencia de Chaney en sus obras. En esta ocasión lo representará ese ayudante de Owen de baja estatura, pero también lo ejemplificará Skinny, que en un momento dado se hará con el mando del grupo de delincuentes, cuando Owen se introduzca en el mundo de regeneración por el que ha apostado la joven y acomodada Maggie (Maggie Weston), a partir de la visita que realizará junto con su amigo, el atildado fiscal Ames, a un escenario poblado por delincuentes y, sobre ello, seres marginales. Basándose en la novela de Owen Frawley Kildare, Walsh logra un conjunto en el que el cuidado por el detalle nunca descuida el conjunto. Una auténtico drama que, sin pretenderlo, se erige casi como precursor de las citadas corrientes antes señaladas. Y lo hace además con la sencillez del primitivo. Con la sensación de inmediatez que solo el cine mudo podía proporcionar. Con la aplicación en determinadas ocasiones de leves travellings de acercamiento o retroceso que resultan casi imperceptibles, en una planificación que busca sobre todo situar la cámara en el lugar más adecuado. Una planificación que no desdeña la presencia de un fugaz flashback, aquel que recuerda a Owen cuando Skinny le salvó de ser delatado por la policía, motivo por el cual intentará ayudarle cuando haya apuñalado a un agente.

Pese a haber transcurrido casi un siglo desde su realización, lo cierto es que REGENERATION deviene una propuesta de asombrosa modernidad. La descripción de personajes resulta casi perfecta, dentro de ese contraste de mundos que se plantea en una película en la que, en última instancia, se dirime el terreno de la verdad y la hipocresía. Verdad, en la sinceridad con la que Maggie se ha dedicado repentinamente en cuerpo y alma a los más desfavorecidos –quizá al ver como Owen salvó a Ames de una refriega en medio de seres de dicha condición-, entendiendo que la educación es algo fundamental para salvaguardar las fronteras. Para alcanzar esa regeneración a la que alude el título del film, Walsh logra componer una partitura dotada de un lirismo arrebatador, con la sobreimpresión de la imagen de la ya fallecida muchacha cuando Owen se enfrenta en una pelea llena de furia contra Skinny, en un fragmento que ya preludia esa rabia y ese ritmo casi explosivo que caracterizó el mejor cine walshiano. Un episodio de asombrosa precisión, que culminará con ese tremendo plano general que describe el exterior de esas viviendas medio derruidas, de las que querrá escaparse en su huída de un Owen fuera de sí, intentando efectuarlo por medio de unos cables exteriores, siendo abatido por el pequeño tullido, siempre persona de confianza de Owen.

REGENERATION no solo me ha permitido acercarme a los primeros periodos de uno de los grandes primitivos del cine norteamericano –hasta el momento la obra suya más antigua que había contemplado, fue la magnífica THE BIG TRAIL (La gran jornada, 1930)-, sino atesorar la enorme sorpresa de que en un periodo en el que el cine se encontraba aún en un estado embrionario, había madurado una serie de rasgos, hasta ahora ocultos, que fueron retomados por otros realizadores y, con ello, merecedor quizá de unos caracteres como precursores, que ya se encuentran presentes en el que años después se convertiría como uno de los grandes tuertos del cine. Antes de perder un ojo, Walsh ya sabía de cine cosa mala. Las imágenes primitivas pero rotundas de esta sorprendente propuesta, ratifican por sí solas dicha aseveración.

Calificación: 3’5

1 comentario

teo calderon villamandos -

Desconozco este primitivo título de Raoul Walsh (de su época muda solo he visto "SADIE THOMPSON" y "EL LADRÓN DE BAGDAD") pero por el comentario de tu blog deduzco que Walsh, aún siendo entonces un primerizo -como el propio cine-, llevaba en los genes impresa la gramática narrativa que le ha distinguido a él y a sus grandes compañeros de viaje, aquellos que como él inventaron, no el cine, sino las películas.
Un abrazo.