THE COMMAND (1954, David Butler) Retaguardia
Cuando uno contempla THE COMMAND (Retaguardia, 1954. David Butler), y tiene una cierta perspectiva del western en el seno de los diferentes estudios, puede insertar esta estimable y, por momentos, brillante película, dentro de una cierta corriente ‘blanda’ del mismo -nada que ver con la fuerza que seguirían proponiendo, las muestras del género, dirigidas por Raoul Walsh-, que aparecería de manera zigzagueante en el seno de la Warner. Es algo que podrían ejemplificar, títulos como SPRINGFIELD RIFLE (El honor del general Lex, 1952) o THE INDIAN FIGHTER (Pacto de Honor, 1956), ambas de Andre De Toth, entre otras. Puede sorprender ello en estos dos exponentes citados, teniendo en cuenta la garra del cineasta húngaro, pero no tanto en la película que centra estás líneas, en la medida de estar firmado por un hombre de cine como David Butler, caracterizado por el conformismo de su puesta en escena.
Dejando bien clara dicha premisa, ello no nos ha de impedir apreciar, en lo que tiene, la valía de esta producción destacada en el uso del CinemaScope -fue el primer western rodado en dicho formato en el estudio- y un notable cromatismo, que tiene la virtud de ir casi de inmediato al grano. A finales del siglo XIX, en Wyoming, tras un ataque de los indios, es herido de muerte el capitán Forsythe, cabeza de un batallón de caballería. Antes de morir, y delante de quien podría haber sido el designado -el sargento Elliot (James Whitmore)-, decidirá otorgar el mando, en una intuición postrera, al médico que le está atendiendo; el dr. Robert MacClaw (Guy Madison). Este carece de experiencia militar, pero en todo momento recibirá la respetuosa ayuda de Elliot, llegando ambos a una pequeña población, donde enterrarán al superior asesinado, aunque tengan que sufrir las humillaciones de un escuadrón de infantería que allí se encuentra, teniendo que disimular la carencia de rango de MacClaud, vistiéndolo con el uniforme del fallecido. Sin embargo, lo que iba a ser una misión de apenas una semana, se complicará al tener que discurrir junto al grueso de infantería, al mando del coronel Janeway (Carl Benton Reig), escoltando una caravana. Ello les llevará a tener que sufrir la persecución y los esporádicos ataques indios de diferentes tribus, que se ciernen sobre ellos de manera amenazadora, y ante los que tendrá que responder el joven mando, encubriendo su inexperiencia y, al mismo tiempo, ocultando el mando de infantería, su auténtica condición de médico. Dicha circunstancia le forzará, por un lado, a agudizar el ingenio de una mentalidad diferente a la que le rodea, al poner en práctica ingeniosas tácticas para combatir a los indios -a los que, sin embargo, manifiesta un cierto respeto-, al tiempo que ir conviviendo con una extraña y creciente enfermedad, que está diezmando los componentes de la larga caravana.
Basada en una novela del experto en el género James Warren Bellah, adaptada por el ya avezado realizador Samuel Fuller, y conformada como guion cinematográfico, de manos de Russell Hughes, THE COMMAND resulta mucho más atractiva en su configuración visual, y en la articulación de su tensión dramática que, en la limitada precisión de su galería de personajes, en líneas generales, desprovistos de la necesaria densidad, por más que su cast resulte, en líneas generales, bastante competente. Butler acierta, al abrir los escenarios de su historia, descrita en sus pasajes más brillantes, en esos amplios y terrosos exteriores, donde la amenaza india adquiere una configuración poco habitual, explicando al espectador, al mismo tiempo, la plasmación de las diferentes estrategias pensadas por el médico militar. Unamos a ello la garra que albergan las secuencias de lucha contra los indios, revestidas todas ellas de una extraordinaria fisicidad, por más que el planteamiento que se haga de su figura, en modo alguno traspasen la frontera, de la condición de todos ellos como meras bestias.
Es cierto que, en algunos diálogos, sobre todo por parte de su protagonista, se destile alguna manifestación en este sentido, como también de su fiel subordinado Elliot -el momento en que dejará el caballo herido que ha montado, señalando que, con los indios, tendrá alguna probabilidad de sobrevivir-. THE COMMAND sí que alberga cierto intimismo, en la relación del inesperado mando con Elliot, o con el veterano coronel, del que tendrá que retraerse en atenderle en su grave estado. Sin embargo, falla por completo la relación amorosa establecida entre este y la joven Martha Cutting (Joan Weldon), inserta sin sentido de la pasión, y apenas tratada por la pareja de actores, con mera funcionalidad. Es cierto que, por el camino, quedarán diseminados detalles y elementos, que hablarán del pragmatismo de nuestro protagonista, como en las secuencias en que dejará el cadáver de uno de los soldados que ha caído en una emboscada, o esa caravana de inmigrantes italianos, que ha sido asaltada y robada por los indios, llevando a sus tripulantes consigo.
Esa mezcla de violencia, capacidad de supervivencia, astucia, empatía ante el que tienes enfrente, y una narración que se crece en amplios espacios y amenazas lejanas, es el coctail que ofrece una película, de la que David Butler no extrae todo su previsible potencial, pero que no por ello aparece desprovista de interés. Esa capacidad de aunar la gran producción con el intimismo, la acción con la inteligencia, serán rasgos que otorgan singularidad a una propuesta que se deja ver con notable agrado, pero que incluso en su conclusión, no transmite esa sensación de itinerario colectivo, del cual todos y cada uno de sus supervivientes, debieran aparecer transformados.
Calificación: 2’5
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