Blogia
CINEMA DE PERRA GORDA

GOODBYE, CHARLIE (1964, Vincente Minnelli) Adios, Charlie

GOODBYE, CHARLIE (1964, Vincente Minnelli) Adios, Charlie

Algún día se habrá de reconocer la enorme importancia que en la última edad de oro de la comedia norteamericana tuvo la aportación como guionista y escritor teatral del desaparecido George Axelrod. Entre la segunda mitad de los cincuenta y hasta bien entrada la siguiente, Axelrod participó bien con sus obras teatrales o guiones basados en otros referentes literarios u originales suyos en films realmente míticos realizados por directores de la talla de Frank Tashlin, Blake Edwards, Billy Wilder, Joshua Logan y –especialmente-, Richard Quine. Al mismo tiempo y según propia confesión de John Frankenheimer, las mayores virtudes que sobrelleva un film sin duda brillante pero excesivamente mitificado como EL MENSAJERO DEL MIEDO (The Manchurian Candidate, 1962) –su carácter de comedia sobre la paranoia de la guerra fría-, provenían de la labor del reputado guionista -de quien siempre me he confesado un gran admirador- y quién se definía a sí mismo como simple especialista en comedias “de tetas y culos”. Evidentemente, y al margen de su sabiduría en la construcción de sus guiones, Axelrod puso en ellos una serie de características con una abierta sexualidad, puso en solfa numerosos tópicos del tan manoseado american way of life y al mismo tiempo dinamitó los papeles establecidos que existían para el hombre y la mujer en aquellos años sesenta. Llegó también a ser productor cinematográfico e incluso dirigió dos films –comedias, por supuesto-; uno de los cuales goza de un status de cult movie –(Lord Love a Duck, 1966)-, aunque prácticamente permanezca desconocida para las nuevas generaciones

Valga esta larga digresión al comentar GOODBYE, CHARLIE (1964) –en España traducida literalmente como ADIOS, CHARLIE-, pese a que la aportación de Axelrod en la misma solo parta como autor de la obra original estrenada en Broadway. Para su adaptación en la pantalla concurrió como guionista el hábil Harry Kurnitz y su realizador fue un Vincente Minnelli que por aquel entonces salía de otra conocida comedia –EL NOVIAZGO DEL PADRE DE EDDIE (The Courtship of Eddie’s Father, 1963)- y al cual se engrosaba en el denominado “clan Minnelli” o “clan Donen” –curiosamente Stanley Donen fue el único de los grandes realizadores de comedia de aquellos años que no colaboró con Axelrod-.

El caso es que por unas causas o por otras, pese al merecido prestigio de Minnelli y el reconocimiento de muchas de sus obras –dentro de una trayectoria sin duda brillante pero lógicamente desigual-, ADIOS, CHARLIE queda como quizá su comedia menos recordada y reconocida al tiempo que –bajo mi punto de vista- una de las más interesantes. Quizá el haber sido poco repuesta o emitida por televisión con el paso del tiempo haya posibilitado este injusto olvido. Y hay que decir que el título que nos ocupa pertenece a una rama específica de la comedia americana de aquellos años caracterizada por una considerable misantropía encubierta de destellos de sensibilidad. A ella pertenecen títulos de desigual calado pero a mi juicio todos ellos llenos de interés, como son COMO MATAR A LA PROPIA ESPOSA (How to Murder Your Wife, 1965. Richard Quine –guión de Axelrod-), NO HAGAN OLAS (Don’t Make Waves, 1967. Alexander Mackendrick), TRES EN UN SOFA (Three on a Couch, 1966), LA PÍCARA SOLTERA (Sex and the Single Girl, 1964), o la menospreciada y casi desconocida (Oh Dad, Poor Dad, Mama’s Hung You in the Closet and I’m Feeling So Sad, 1967. Richard Quine) -jamás estrenada en España-, además de las comedias realizadas por Billy Wilder en aquellos años.

GOODBYE, CHARLIE –que años después registró un discreto remake de la mano de un Blake Edwards no es sus mejores tiempos (UNA RUBIA MUY DUDOSA (Switch, 1991))-, se inicia con una tan típica como brillante secuencia progenérico: una fiesta de las que poblaron tantas comedias de la época, con unos colores pasteles muy llamativos, desarrollada en alta mar. En ella un joven escritor cinematográfico es asesinado por el productor Sir Leopold Sartori (Walter Matthau) al propasarse con una de sus amantes. Tras unos títulos de crédito alegres y coloristas –que constrastan con el asesinato que acabamos de presenciar-, la acción se centra en George (Tony Curtis) el mejor amigo que tuvo el finado, y al que encomiendan oficie el discurso de despedida del muerto –cuyo cadáver no ha aparecido-. En la ceremonia, que se celebra en casa del finado –Charlie- apenas se cuenta con cuatro personas, destacando ya en ella la espléndida composición visual de Minnelli en el formato panorámico, el sentido irónico presente en ese empleado de protocolo que intenta inútilmente dar entidad a una ceremonia sin público -recuerda lejanamente el funeral de los primeros minutos de CHARADA (Charade, 1963. Stanley Donen), y por supuesto la magnífica textura visual de la película en la que el uso de decorados y tonos pasteles es del máximo nivel, realzado por la fotografía de Milton Krasner.

Ya desde esos primeros momentos vemos que la propuesta de Minnelli se integra de lleno en los parámetros de la comedia de la época pero al propio tiempo alcanza una personalidad propia. Realmente sus veinte primeros minutos son espléndidos, denotando un esfuerzo por ofrecer un producto elaborado cinematográficamente.

Tras la ceremonia George es nombrado albacea de la “herencia” de Charlie –que debió ser un individuo de cuidado-, consistente en deudas, hipotecas y demás lindezas-. El sorprendido amigo decide pasar la noche allí y tras unos instantes fantastiques –la fuerza del mar, el crepitar del viento-, un tímido joven lleva a la antigua casa de Charlie a una mujer casi desnuda. Se tratará de la reencarnación del asesinado que muy pronto adquirirá la identidad de Virginia Mason (Debbie Reynolds).

A partir de un planteamiento tan inteligente como disparatado todo es posible. Pero ADIOS, CHARLIE incide con un ropaje de comedia –me atrevería a decir que de sonrisa congelada-, en una sociedad en la que se pone en cuestión la identidad de la persona, en la que un hombre puede adquirir ventaja convirtiéndose en mujer, donde podrá chantajear a sus antiguas conquistas de la alta sociedad e incluso donde el asesino de Charlie ha quedado en libertad bajo fianza. El panorama no puede ser más desolador dentro de marcos visuales excelentemente ambientados y visualizados –pese al tópico de los rojos de Minnelli, esta película está presidida por tonos verdes y violetas-. Un detalle significativo a este respecto es la notable recurrencia a la presencia en los encuadres de espejos, matizando esa dualidad de personalidades e identidades que define su entramado. Sin embargo la película no deja de alcanzar momentos realmente divertidos, como el azote que Virginia (Charlie reencarnada) propina a una de las chicas del salón de belleza, o la permanente presencia de un investigador mientras George accede por un ascensor para reencontrarse con Sartori.

Image Hosted by ImageShack.us

Como antes señalaba, el ya veterano director supo ser consciente del material que tenía entre manos y lo plasmó con unas excelentes composiciones horizontales, describiendo con su habitual maestría los diferentes ambientes en los que se desarrolla la película –la casa de Charlie, la mansión del joven millonario, la que posee Sartori-. Incluso destacaríamos la presencia dramática que tiene el mar... y que curiosamente es el eje sobre el que giraría el posterior film de su director, CASTILLOS EN LA ARENA (The Sandpiper, 1965) –en mi opinión uno de las obras maestras de su autor, del melodrama cinematográfico y de lo que me atrevería a denominar como “el cine de la infelicidad”-.

Pese a esta descripción realmente sombría de su entramado, ADIOS, CHARLIE no deja de poseer ciertos destellos melancólicos, secuencias confesionales entre George y Virginia o Virginia y el joven millonario Bruce Minton, en las cuales se vislumbra esa posibilidad de reconducir por la senda del amor una nueva vida, merced a la llegada extraña y fantasmagórica de una nueva identidad.

Me gustaría por último destacar un elemento que potencia la singularidad del film. Me refiero a la sorprendente dirección de actores que ofrece –creo que una de las más atrevidas de toda la comedia americana de aquellos años-. Mientras Tony Curtis abandona los caracteres que tan familiares le eran en aquellos tiempos (aquí se asemeja más a la impertubabilidad de Cary Grant que nunca); Debbie Reynolds realiza un considerable trabajo en recreación de mujer / hombre mucho más notable y sutil que la que años después proporcionó Eileen Barkin, además de romper con su imagen almibarada. Por su parte, Walter Matthau se muestra más cínico y siniestro que nunca ayudado por una caracterización de pelos canosos. Incluso el generalmente insufrible Pat Boone realiza un trabajo de adecuado contrapunto de timidez y bisoñez insólito en su trayectoria. Es evidente que Minnelli se tomó muy en serio esta faceta logrando a través de la misma buena parte de la singularidad de la película-

Es evidente que ADIOS, CHARLIE no es una comedia redonda. Creo que sus referencias al mundo del cine son absolutamente gratuitas y su metraje posee algunos altibajos o estereotipos vodevilescos. En cualquier caso y pese a una conclusión un tanto previsible –pero que brinda por otra parte una impagable reencarnación final de ese Charlie al que nunca hemos visto más que de espaldas en el inicio, convertido... en un perro-, estimo que bueno será volver la mirada hacia una película realmente inteligente, con una base sólida y magníficamente puesta en escena por un hombre mitificado por sus musicales (algunos de ellos a mi juicio bien caducos), pero que en otros géneros alcanzó logros realmente admirables.

Calificación: 3’5

5 comentarios

-

Querido Teo:

Tengo tan lejano ese comentario... Pero sí que es cierto que ADIOS,
CHARLIE me sorprendió muy grátamente, sobre todo por la ligereza y el
"timming" que desplegaba. Como amante y devoto de la comedia americana
de los 50 / 60, creo que la figura de George Axelrod me parece
merecedora de un lugar de privilegio, y en cuanto a si es la mejor
comedia de Minnelli tras la extraordinaria MI DESCONFIADA ESPOSA, solo
tendría que revisar EL NOVIAZGO DEL PADRE DE EDDIE.... que hace
muchiiiiiisimos años que no he vuelto a ver. En todo caso, he de
reconocer que el Minnelli que más me gusta es el que se centra en el
melodrama, en donde se encuentran sus -a mi juicio- dos obras maestras
absolutas; CAUTIVOS DEL MAL y la -para mi, y me consta que es una
opinión poco compartida, sublime CASTILLOS EN LA ARENA.

Un abrazo hoy desde Madrid, jejeje.

El 26/04/11, Blogia

teo calderón -

Totalmente de acuerdo con las merecidas alabanzas al impar talento de George Axelrod, autor de la exitosa obra teatral que aquí versionea otro grande, Harry Kurnitz. Este material de base parecía en principio más adecuado para el vitriólico talento de un Billy Wilder, sorprendiendo en las elegantes y refinadas manos de Minnelli. El resultado, en cualquier caso, es una gran comedia en la que el autor de "DOS SEMANAS EN OTRA CIUDAD" (por primera vez fuera de su "hogar" Metro) sorteó con agilidad felina las escabrosidades del argumento, llevándolo siem­pre que pudo a su terreno, eso sí, con un toque de acidez y resentimiento.
La evidente inadecuación de la Reynolds a su papel (Lauren Bacall lo había representado en las tablas) representa un pequeño lastre para el film, suficientemente compensado por la excelencia del resto de sus compañeros de reparto, entre los que creo hay que destacar a un magnífico Tony Curtis.
Junto con "MI DESCONFIADA ESPOSA", es la comedia que más me gusta de Minnelli.

Charlton -

Muy interesante crítica de la peli que anoche repuso Las Provincias TV -he metido en "favoritos" este blog-. No tenía ni idea de que existía esta película y me ha parecido bastante interesante aunque no hay manera de ver a Debbie Reynolds en el papel -no sé si en V.O. resulta más creíble-. Como curiosidad destacaría la presencia de una bastante "tierna" Ellen Burstyn que todavía estaba lejos de la gran actriz que ha llegado a ser. Muchas gracias por todo el trabajo que hacéis por la difusión de la cultura de verdad. Un saludo.

Mª José Plana Galán -

Llevo años intentando conseguir "Adios, Charlie" en DVD o VHS. ¿me podiais ayudar? (en castellano, por favor)

susana -

me ha gustado mucho la crítica de la película ¿sabes si se puede conseguir en dvd?
gracias
susana