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CINEMA DE PERRA GORDA

THE JAMES DEAN STORY (1957, Robert Altman)

THE JAMES DEAN STORY (1957, Robert Altman)

En diversas ocasiones leyendo testimonios sobre la trayectoria cinematográfica del hoy veterano Robert Altman, se ha hablado del impacto que en su momento provocó la realización de THE JAMES DEAN STORY en 1957. Creo que el paso del tiempo, unido al hecho de que las nuevas generaciones de aficionados no hayan tenido oportunidad de visionar este singular documental quizá haya permitido mitificar en exceso el –a mi juicio limitado- alcance de su resultado. Un balance en el que estoy seguro ha hecho mella el desfase de los contenidos e intenciones de su metraje y la real enjundia de lo mostrado. Si a ello unimos que con el paso de los años se ha ido generando una ingente cantidad de material sobre la mitología en torno a la figura de James Dean, habrá que convenir que lo mostrado por este THE JAMES DEAN STORY en su momento podría provocar cierto entusiasmo pero casi medio siglo después ha quedado como mera arqueología.

Quizá sería propio a partir de las imágenes vistas –en las que se empleaba como efecto novedoso el tratamiento de las fotos fijas conformando secuencias; algo hoy día habitual en cualquier reportaje televisivo- hablar un poco sobre el verdadero alcance de James Dean en sus reales posibilidades. Mas allá del status de icono de la juventud que alcanzó con su prematura muerte, permítanme cuestionar a partir de su legado cinematográfico las discutibles cualidades como intérprete que demostró. Haciendo excepción de su verdadero gran trabajo en REBELDE SIN CAUSA (Rebel Without a Cause, 1955. Nicholas Ray), lo cierto es que en AL ESTE DEL EDÉN (East to Eden, 1955. Elia Kazan) sobreactuaba desmelenadamente y en GIGANTE (Giant, 1956. George Stevens) su labor roza por momentos la involuntaria autoparodia –sus escenas simulando mediana edad son penosas- ¿Qué tenía realmente James Dean y cuanto de verdad había finalmente en su personaje cinematográfico? En un tanto difícil extraer conclusiones al respecto, pero me van a permitir que sea bastante escéptico sobre su mitología. Creo que su tan cacareada rebeldía era algo más bien epidérmica –el Hollywood de la época jamás hubiera permitido una oposición frontal- y en buena medida sus cualidades se centraban en una singular mirada caracterizada por su estrabismo, una considerable dosis de narcisismo –sus obsesión por ser fotografiado en todas las posturas posibles rozaba lo pornográfico, estudiando bien sus poses con el cigarrillo en la comisura-. Si a ello añadimos un look de vestuarios y aditamentos hasta cierto punto novedoso en el cine de Hollywood –el uso de cuero, la motos, etc.-, una hábil dosificación de sus “tics” interpretativos –estos llegan a ser cargantes en muchas ocasiones- y una innegable, estudiada y falsamente estudiada fotogenia hicieron el resto. Nunca he sido admirador de los métodos del Actor’s Studio –es más, siempre he pensado que más que un avance supusieron finalmente un retroceso en la interpretación cinematográfica-, pero ciertamente hubo referentes previos a la labor de Dean –e incluso de Brando- de la talla de Montgomery Clift y anteriormente John Garfield. Fueron ambos dos descomunales intérpretes en los que –esta vez sí- esos rasgos que posteriormente fueron imitados por la generación de Dean, fueron expresados con total autenticidad.

Soy consciente de que esta opinión sobre el mito de James Dean es poco compartida, e incluso estoy dispuesto a admitir que pese a todo ello su figura llega a tener una cierta magia. Es por ello que hay que valorar con cierta simpatía este documental, que evidentemente se pliega desde un prisma casi elegíaco en torno a la figura del actor. Con unos títulos de crédito del gran especialista Maurice Binder, narrado por Martin Gabel –actor secundario que acometió por única vez la realización con una de las más desconocidas obras maestras del cine fantástico de la década de los 40; VIVIENDO EL PASADO (The Lost Moment, 1947)- THE JAMES DEAN STORY pretende mostrar un recorrido por la trayectoria vital de Dean desde sus propios orígenes en Farimont, su adolescencia rural y su consabida rebeldía. La película cuenta con el testimonio directo –un tanto forzado en ocasiones- de algunos de sus familiares, amigos, compañeros de restaurantes, sirviéndose de una voz en off que acentúa el carácter libre de su vida y la pirueta romántica y rebelde que siempre se adjudicó en su personaje. En cualquier caso lo que más me llama la atención de este trabajo es la sinceridad que respiran sus secuencias rodadas para la ocasión, en las que con tono documental muestra el contraste entre ambientes rurales y urbanos.

Mas allá de contar con el montaje de una ingente cantidad de material fotográfico -¿alguien se ha detenido a contar los millones de fotografías que se dejó disparar Dean, sobre todo aquellas que aparentaban “improvisación, rebeldía y sinceridad”?-, lo cierto es que THE JAMES DEAN STORY oscila en su no excesivo metraje entre lograr mostrar el sentir de la juventud en la sociedad norteamericana de aquella segunda mitad de los años cincuenta, se muestra hábil en el montaje del material utilizado y no puede evitar una notable complacencia –rayana en ocasiones con el fetichismo; el amigo que va narrando los papeles sin interés que guardaba en una caja que le entregó el desparecido actor poco tiempo antes de su muerte-, con la figura del astro homenajeado.


¿Mito real o montaje publicitario de formas inusuales para la época? ¿Gran actor finalmente? Creo que nadie podría optar por una teoría limitada y algo de todos estos enunciados confluirían en su figura. Sin embargo, no será este THE JAMES DEAN STORY la película que podría ser reveladora en esta faceta. En cualquier caso su propia y aceptable existencia resulta únicamente reveladora hasta que punto el accidente que costó la vida a James Dean fue quizá el detonante de un culto que ha generado una abundante literatura y testimonios, mas allá de su estricto bagaje artístico.

Calificación: 2

3 comentarios

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Lo cierto es que realizas una descripción original del personaje de
Dean, con la que coincido plenamente. De no haber fallecido tan joven
y en tan trágicas circunstancias, sin duda su figura hubiera
palidecido muy protno, y su lamentable sobreactuación en GIGANTE
hubiera sido motivo de mofa a todos los niveles.

Un abrazo,

Juan Carlos

El 06/09/11, Blogia

Arie Art -

Sí, mucho se puede sentir de la actuación o sobreactuación de Dean. De ese "rebelde" comercial y que le encantaba lucirse... Lo único interesante es el poder abrumador de ser un don nadie con tantos problemas a un actor de "realidades" de su época.

Lo mítico de Dean, quitándole toda esa parafernalia de Rebelde está en su picaresca forma de irse apoderando del personaje hasta llevarlo abajo, por debajearlo y escupirlo.

luis abanto -

soy fanatico del eterno rebelde....